



La deuda pública creció más de 90 mil millones de dólares durante el primer año y medio de la administración de Javier Milei. El incremento estuvo vinculado no sólo a los préstamos de organismos internacionales para conjurar la crónica falta de divisas del país, sino también a la colocación masiva de Letras de Capitalización (Lecap), instrumento que sirve para maquillar el superávit financiero del gobierno.
La Secretaría de Finanzas reconoció en su último informe un stock de deuda al 31 de mayo de U$S 461.019 millones. De esa cifra, el 44% es en pesos y el 56% en otras monedas, principalmente dólares estadounidenses y los DEG (derechos especiales de giro) en que se expresan las acreencias del Fondo Monetario Internacional.
En el monto se incluyen los títulos públicos en manos de privados, los pasivos con entidades oficiales como el Banco Central y la Anses y los préstamos a cancelar con organismos internacionales, entre ellos el FMI, el Banco Mundial y el BID. Los compromisos asumidos se extienden al menos hasta 2046, cuando vence el más largo de los bonos soberanos emitidos hace ya cinco años. También hay 2400 millones de dólares pendientes de reestructuración, correspondientes a bonistas que no ingresaron a los canjes de 2005, 2010 y 2016: el gobierno se comprometió ante el FMI a ir poniéndose paulatinamente al día con esos atrasos.
La cifra heredada por Milei (algo más de U$S 425.000 millones) se redujo significativamente a partir de la devaluación inicial implementada por el ministro de Economía, Luis Caputo, que llevó el tipo de cambio de alrededor de 360 pesos por dólar a 800. Eso hizo que las deudas en moneda local se licuaran y que el stock total se redujera a U$S 370.673 millones. Desde allí, se recuperó el nivel inicial y además se agregaron otros U$S 35.463 millones.
Las Lecap, la clave
Según el análisis que hizo Tiempo de los números reconocidos por el gobierno, buena parte del incremento de la deuda se debió a la capitalización de bonos y letras, que agregó U$S 37.103 millones en el último año y medio. En ese renglón figuran las Lecap, que agregan sus intereses al capital. Esto permite mantener el superávit financiero del gobierno (es decir, el resultado fiscal una vez abonados los intereses), que en los cinco primeros meses del año fue de $ 2,5 billones. Algunos analistas estiman que esos intereses capitalizados ya rondan el 5% del PBI y que si se los contabilizara correctamente, el superávit financiero, uno de los caballitos de batalla de la gestión libertaria, se convertiría en déficit.
También fue notorio el mayor nivel de dependencia de los organismos internacionales. La deuda con el FMI creció U$S 13.153 millones; con el BID, U$S 1473 millones; y con el BIRF (brazo financiero del Banco Mundial), U$S 2392 millones. Estos dos últimos colaboraron con el auxilio que el Fondo Monetario le brindó a Milei en abril, cuando quedó en claro que la política de mantener el retraso cambiario para anclar la inflación impediría reunir las divisas para afrontar los vencimientos de este año.
La polémica de la deuda volvió a quedar en primer plano luego del mensaje de Cristina Kirchner del miércoles pasado, en ocasión de la celebración del Día de la Independencia. Desde el lugar donde cumple prisión domiciliaria por la causa Vialidad, la expresidenta consideró la cuestión como “un verdadero problema estructural” que condiciona al país. “Argentina no produce suficientes dólares para desarrollarse y al mismo tiempo pagar el endeudamiento serial, compulsivo y fugador al que nos sometieron los gobiernos de Macri y de Milei. Desde el año 1956, en que lo trajeron al FMI, nunca tuvimos este grado de dependencia”, sostuvo.
En su mensaje, la exmandataria también recordó que “todavía no se le ha pagado un peso de capital al FMI” y que “los peores vencimientos de deuda de capital e intereses con el FMI y los bonistas lo van a tener que afrontar los próximos dos gobiernos”.
Como respuesta, Caputo (que también fue engranaje clave en el esquema impuesto por el expresidente Mauricio Macri, tomando deuda en dólares para conjurar el déficit fiscal en pesos que arrojaba la gestión del PRO) dio sus propios números. En una entrevista por una señal de cable oficialista, contestó a los dichos de la exmandataria puntualizando que “la deuda la bajamos en 54 mil millones (de dólares) desde que asumimos. Su última vicepresidencia la subió en 156 mil millones. No es disputable (sic), es dato”. Las cifras brindadas por el propio Ministerio de Economía, sin embargo, no condicen con las de su titular

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