
El modelo económico de Milei favorece la especulación financiera, no la estabilidad. A menos de dos meses del primer desembolso del Fondo Monetario, casi la mitad del dinero ya abandonó el país. Mientras el gobierno celebra ajustes y exige sacrificios, la sangría de divisas continúa sin freno. La apertura del cepo cambiario, el festival de bonos y la bicicleta financiera terminaron alimentando la fuga de capitales, en un déjà vu que recuerda al macrismo. Con vencimientos por más de 75.000 millones de dólares en los próximos años y un Banco Central sin reservas, el país se encamina a una nueva crisis de deuda.