Nuevamente algunos referentes locales del peronismo fueguino se lanzan a utilizar la mística peronista para intentar traccionar intereses individuales, sin mediar el más mínimo reparo en realizar una autocrítica sobre el penoso resultado de gestiones como la del exgobernador Manfredotti o de la renunciada ex gobernadora Rosana Bertone; las dos gestiones llegan al poder impulsadas por las históricas banderas de la justicia social y la equidad, casualmente estas dos gestiones peronistas se caracterizaron por implementar un fuerte ajuste a los trabajadores, además de acompañar ese ajuste con fuertes actos represivos.
Desde entonces no existió nunca una autocrítica sobre lo sucedido y sobre la necesidad de reflexionar ante los acontecimientos pasados y volver a construir un lazo de confianza con los fueguinos, una confianza que se vio quebrada por la desilusión que significo sufrir la acción de gestiones de gobierno que parecían totalmente extrañas y hasta antagónicas a las históricas banderas peronistas, lejos de ser populares se volvieron ultra ortodoxos y conservadores desde la implementación de fuertes programas de ajuste económicos.
La herencia menemista dejó una fuerte marca que justificaría la puesta en marcha del ajuste durante la gestión Manfredotti. llegado el segundo mandato de Menem existió una política fiscal menos rigurosa y una creciente deuda en dólares suponiendo que no existía limites en el acceso internacional al crédito que luego generaría un gran déficit en las cuentas provinciales difícil de sostener.
Sin lugar a dudas la fiesta menemista de los 90 llegaba a su fin y alguien tenía que pagar la cuenta, sin embargo, contrario a la doctrina nadie hubiera imaginado que un peronista pondría a los trabajadores a pagar la cuenta; es así que los trabajadores fueguinos fueron la variable de ajuste y no seria la primera vez.
La experiencia indica que los trabajadores siempre fueron la variable de ajuste de los gobiernos peronistas en Tierra del Fuego, ya en la gestión de Manfredotti los empleados públicos sufrieron el ajuste y años más tarde lo mismo sucedería con el gobierno de la renunciada ex gobernadora Rosana Bertone quien no dudo un segundo a la hora de hablar de privilegios y congelar el salario público, como así también las paritarias, se cortaría el dialogo con sindicatos estatales y comenzaría el despliegue de un feroz ajuste sobre los trabajadores fueguinos.
El segundo factor coincidente es la utilización de la fuerza desmedida, reprimiendo la protesta social, buscando suprimir un derecho fundamental de los trabajadores, sin embargo, en el caso de Rosana Bertone se redoblo la apuesta criminalizando y judicializando la protesta implementando una persecución pocas veces vista en la historia provincial.
Otro aspecto distintivo del gobierno de Bertone fue la colonización de la gestión en manos de funcionarios que en su gran mayoría eran foráneos, los conocidos (011) por el código de área que tenían los teléfonos celulares de la gran mayoría de los funcionarios de Bertone, quienes no sentían ningún tipo de culpa a la hora de implementar el ajuste sobre una sociedad que les resultaba absolutamente ajena y con la cual no tenían ningún apego.
Luego de la faena y perdida la reelección en primera vuelta de la renunciada ex gobernadora Rosana Bertone, los (011) volverían a su lugar de origen, sin embargo, algunos pocos se quedaron en la Isla especulando por algún cargo que les de protección.
Lo cierto es que ninguna autoridad institucional partidaria del peronismo fueguino pidió perdón por los excesos, por el ajuste desmedido, por el atropello, por la persecución judicial, por el fraude ideológico a su propia base electoral, por defraudar al conjunto de los trabajadores fueguinos.
Luego de la abrumadora derrota electoral, Rosana Bertone renuncio a la gobernación para acomodarse en una banca de la cámara de diputados dejando una provincia en llamas, una gestión que multiplico por cuatro la pobreza, dejo a mas de 10 mil fueguinos sin trabajo, cerraron mas de 12 fabricas en la industria fueguina, fue una activa defensora del endeudamiento con el FMI junto a Mauricio Macri a quien elogio durante todo su mandato y todavía nadie pidió perdón, todavía no se enfrían las heridas de la desilusión popular y los mismos obsecuentes que acompañaron a Bertone con su silencio cómplice van por los sellos del histórico partido a pedir la confianza de sus militantes, militantes que manifiestan un profundo desgano y ya no tienen ni las ganas ni los argumentos para salir a poner la cara por sus referentes que paradójicamente siempre terminan por ajustar y reprimir a los trabajadores, destruyendo los ideales de un partido que lucho históricamente por los trabajadores y los mas vulnerables.
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Pero evidentemente en Tierra del Fuego la historia del Peronismo fue marcada por la desilusión, el ajuste y la represión.
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