Un cura, “héroe de la ciudad” de Mercedes, acusado de abuso sexual

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Las nenas abusadas, que hoy son mujeres de 50 años, pidieron que se derogue la ordenanza, impulsada en su momento por Cambiemos, que le puso su nombre a una calle de la ciudad. Los enfrentamientos que generó la denuncia.

La foto es de 1973 del álbum de la comunión. Marcela Brown tenía entonces 8 años. Se la ve toda de blanco: guardapolvo, medias tres cuartos, zapatos tipo Guillermina, y una cinta que sujeta sus cabellos rubios. Posa de pie en las escalinatas de la entrada a la catedral de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires. En sus manos tiene un libro de oraciones, pequeño, también de tapas blancas. Sonríe. Pero detrás de esa sonrisa infantil se escondía el espanto: el cura Héctor A. Cuchietti, fundador y rector de la Escuela Parroquial –dependiente del Arzobispado de Luján-Mercedes— la había abusado sexualmente al confesarla para tomar el sacramento católico. A ella como a otras niñas que confesó entre la década del ’70 y ’80 en esa ciudad. 

El modus operandi era casi siempre el mismo: ellas estaban arrodilladas frente a él y el cura les tomaba sus manos pequeñas, se las agarraba con fuerza y las obligaba a ponerlas sobre su pene erecto en el espacio íntimo del confesionario. En la misma Catedral, en un despacho de la sacristía o en un micro llamado “Albatros” que usaban para viajes organizados por la Acción Católica. En ocasiones, les tocaba los pechos a las que ya eran púberes

Cuchietti murió hace una década casi como un prócer para Mercedes. Aquel pasado siniestro recién ahora salió a la luz cuando Marcela y otras cuatro víctimas de sus abusos –todas ellas hoy de más de 50 años– pudieron romper el silencio, denunciaron los hechos ante el Consejo Pastoral para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables, dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina, fueron escuchadas por el Arzobispo de Luján-Mercedes Jorge Eduardo Scheinig y presentaron una petición ante el Concejo Deliberante local para que derogue la ordenanza –impulsada en su momento por el bloque de Cambiemos y aprobada por unanimidad—por la cual en 2017 le habían puesto el nombre de Cuchietti a una calle mercedina.

Gentileza datoposta.com

La denuncia contra el religioso dividió a los habitantes de ciudad –ubicada a unos cien kilómetros de la ciudad de Buenos Aires–, al punto de que se publicaron dos solicitadas en periódicos locales: una de apoyo a las denunciantes con el título de “Nosotres sí les creemos” firmada por 161 vecinas, y otra en defensa del cura, por una ex alumna de otro colegio, el Misericordia, con el clásico argumento machista que pone en duda la palabra de las denunciantes por haber hablado después de tanto años de ocurridos los episodios de abuso. “Es llamativo que surja ahora”, dice el texto firmado por Estela Beatriz Martínez, “promoción ’62 del Misericordia”. Algunos, más mezquinos incluso, quisieron ver una disputa política detrás del relato de las víctimas. Salieron a la luz, además, vínculos del religioso con la última dictadura militar y su accionar “colaboracionista” con los represores. De Mercedes eran oriundos los genocidas Jorge Rafael Videla y Orlando Agosti. Mientras el tema sigue convulsionando a la ciudad, las denunciantes esperan un pedido público de disculpas del Arzobispado, que llamativamente –o no, — todavía no llega.

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