Un argentino hizo 10.000 km en bicicleta para llegar a Qatar

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Miguel Silio, un escribano de 52 años, realizó una travesía durante seis meses en bicicleta, que constó de 10 mil kilómetros, para llegar a Doha y estar presente en la cita mundialista de Qatar.

Silio relató que comenzó el tour mundialista “en el centro de Madrid el 21 de mayo” y que “en seis meses logré llegar a Qatar, luego de una travesía por 20 países y de tener que usar 4 bicicletas”, incluyó pasar un tiempo en un centro de refugiados por la guerra Rusia-Ucrania.

“Hace más de 20 años que viajo en bicicleta, pero el cruce del Desierto fue la etapa más dura. Eso pasó en las últimas tres semanas, donde tuve que pasar por Arabia Saudita. Fue lo más complicado desde lo físico y lo mental, pero logré sortear bien esa etapa, que además la hice solo”, contó el entrerriano, entrevistado por medios locales.

Al respecto, indicó que “hubo una gran tormenta de arena en el camino, pero el viaje fue de acuerdo a lo previsto, y ayudó la cordialidad de los árabes, porque paraban permanentemente para ofrecerme agua y comida, que eran mis grandes preocupaciones”.

La ayuda de la hospitalidad árabe
Silio aclara que el viaje en bicicleta “es bastante austero, no se gasta demasiado. El comercio no lo cuento porque, si me hubiese quedado en mi casa estos meses, igual habría tenido que gastar, y además, muchas veces fui alojado para dormir, ya sea en casas de familias, en carpas o playas. Cada día es una aventura nueva por resolver, pero estoy acostumbrado a hacerlo y me gusta, porque mi pasión es viajar en bicicleta”.

“Tener que sortear Medio Oriente, pasar por Siria, Palestina e Israel, todos países en conflicto, hace que la planificación sea diferente, con mayores cuidados, un clima hostil y distancias más complejas. Pero lo había estudiado y salió mejor de lo previsto”, refirió.

Además, comentó que tuvo a intención de ingresar a Ucrania, “pero no pude por las razones ya conocidas” y que en cambio “me quedé unos días trabajando como voluntario en un centro de refugiados, ayudando a mucha gente que salía de ahí en busca de un lugar para dormir, hasta ver cómo resolvían su situación. Fue una satisfacción muy grande, de los momentos más emotivos que me llevo de este recorrido. Y a eso le agrego que también pude llegar a la casa de mi abuela, en el Líbano, que fue donde nació y se crió”.

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