El desarrollo portuario de Ushuaia fue una más de las promesas incumplidas en estos últimos años. Tanto desde el Gobierno Nacional como el provincial, con el sector turístico como principal perjudicado. En la temporada estival que fue desde octubre del 2018 hasta marzo de este año, Tierra del Fuego recibió 343.111 viajeros, 8,5% más que el año pasado, por las vías aérea, terrestre y marítima. Alrededor de un tercio mediante esta última: 112.624 cruceristas a través de 361 embarcaciones.
Sin embargo, en una ciudad que logró estirar la temporada turística, en gran parte debido a la posibilidad de esquiar en el Cerro Castor, la afluencia de visitantes sería más numerosa con un puerto de mayor tamaño. “El sector turístico está reclamando porque ni Nación ni Provincia hicieron lo que se debía”, le apuntó a Minuto de Cierre un funcionario cercano a Gustavo Melella, el gobernador electo. Este jueves 31 de octubre, el próximo primer mandataria mantuvo una reunión con gremios que tienen trabajadores representados en el puerto. “Pidieron una política portuaria que revierta el estado actual de desinversión, falta de obras y desactualización de sistemas”, contó uno de los asistentes a la reunión.
El puerto de Ushuaia es de vital importancia para -al menos- tres sectores de la economía fueguina: el turismo, que año tras año supera su récord de cruceros y pasajeros; la operación de pesca local; y las operaciones de materiales para el desarrollo de la industria local.
Este último es un punto más ligado al sector industrial, de fuerte predominancia en Río Grande, la ciudad del norte de la isla. No sólo por su conocido sector electrónico, sino también en madera o textiles. Un puerto de Ushuaia en mejores condiciones, o uno ubicado en Río Grande, bajarían los costos de logística y transporte para todo el sector secundario de la provincia más austral del país.
“Nuestra mirada sobre el puerto es que facilite el desarrollo integral de toda la provincia. Ampliar el de Ushuaia es lo primero, pero también podría instalarse un puerto en Río Grande”, contó un funcionario que acompaña a Melella en el municipio de esa ciudad y también lo hará en la provincia.
El próximo gobernador piensa a la actividad portuaria orientada y manejada por el Estado, para apuntalar las oportunidades de desarrollo del sector privado en las áreas de turismo, industria y consumo. En su concepción, el puerto es para todo Tierra del Fuego, por eso el Estado provincial tendrá un programa de política portuaria integral que está trabajando con distintos sectores. En la actualidad, todas las operaciones están bajo la órbita de un ente autárquico, la Direccion Provincial de Puertos, cuyo presidente es designado por el Poder Ejecutivo provincial.
“El Estado es el motor del desarrollo. Tiene que orientarlo, pero sin ahogar al sector privado, sino dándole a este última herramientas que lo potencien. El Estado y el sector privado deben generar un ordenamiento consensuado”, suele repetir Melella en distintas charlas con empresarios. Bajo esta lógica ubica su idea de un puerto o sistema de puertos, para lo cual ya recibió propuestas de financiamiento.
Como parte de esta idea está el Polo Logístico Antártico, que busca constituir a Tierra del Fuego como la cabecera de abastecimiento de todo el Polo Sur. Una idea que ya estaba en los planes de Melella, y de la que recibió grandes elogios -y propuesta de financiamiento- en la embajada de la República Popular China, que visitó hace un mes para entrevistarse con su máximo responsable, el embajador.
El puerto, según el próximo gobernador, debe ser una gran fuente de generación de empleos. Además, tiene que brindar servicios variados, ordenados y de calidad. Esta será una de las grandes apuestas de su gestión, que comenzará el 17 de diciembre.
