Esta semana el ministro de Economía, Luis Caputo, se reunió con representantes de las empresas más importantes de alimentos y consumo masivo del país (Molinos Río de la Plata, Molinos Cañuelas; Establecimiento Las Marías, Arcor, Mondelez, Mastellone, Unilever; Nestlé, entre otras) y aseguró, por medio de la red social X, que se trató de una “excelente reunión” donde hubo “coincidencia en que los precios van a seguir bajando”. Sin embargo los datos disponibles muestran que, si bien se espera que el índice de precios de febrero muestre una suba menor a los picos de diciembre y enero, los alimentos básicos de la mesa familiar lejos están de desacelerarse y continúan con subas por arriba de la inflación: los principales aumentos se evidenciaron en pan y cereales (+16,4%), leche, productos lácteos y huevos (+17,1%), verduras (+17,3%), azúcar (+14,1%) y bebidas no alcohólicas (+18,6%) que acumulan en dos meses del año un incremento en torno del 50% y, comparado con hace un año atrás, superan ampliamente al índice general (264,5% según IPC CABA en febrero): panificados subió 365%, aceites 354%, Azúcar 368% y bebidas no alcohólicas 375%. A su vez la canasta básica en barrios populares creció 70% desde que asumió el gestión libertaria.
Tras el duro golpe al consumo como consecuencia del impacto de la devaluación de diciembre (+118%) y el alza inflacionaria con freno en la actividad, la pérdida en la capacidad de compra de los ingresos medida en alimentos escaló en dos meses al 24%, quedando en niveles más bajos que en noviembre de 2015. De hecho, los supermercados registraron una baja en sus ventas de 6,6% en diciembre, mientras que los comercios minoristas mostraron contracciones de dos dígitos (-28,5% y -25,5%) entre diciembre y enero, situación que también fue puesta sobre la mesa en la reunión entre empresarios y el gobierno. A su vez, con datos para la primera semana de marzo, se observó un incremento en los precios de los alimentos y bebidas del 3,6%, dando cuenta de una aceleración respecto al último tramo de la inflación de febrero, según la consultora especializada LCG.
De acuerdo con el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central el mercado espera una inflación del 15,8% para febrero y del 14,3% para marzo, y recién a mitad año podría esperarse una suba en torno a un dígito. No obstante, a la par que bajan los precios, dado el freno a la actividad y el ajuste presupuestario del Estado, aumenta el desempleo, ya que se espera que la tasa de desocupación para el primer trimestre del año ronde el 7,7%, en tanto que el Producto Interno Bruto (PIB) caería en términos reales 3,5% en 2023.
Qué paso en febrero
Tanto los datos de precios de alimentos de la canasta esencial como los índices de ventas relevados desde el inicio de la nueva gestión nacional muestran un incremento significativo en los productos esenciales, con alzad de dos dígitos en la comparación mensual y subas que ya superan el 300% y se ubican por arriba del índice general, en el interanual.
De acuerdo con datos de la consultora Eco go, que estimó para febrero una inflación mensual del 15,9%, en el caso de Alimentos y bebidas los aumentos rondaron el 13,9% en febrero, con diferencia entre aquellos consumidos dentro del hogar que subieron 14,2% mientras que los que se consumen afuera se ubicaron “considerablemente por debajo en un contexto de caída del consumo (+12%)”. En relación, se registraron alzas del 330% y 316% en los últimos doce meses. En febrero el 57% de la canasta de alimentos tuvo variaciones y en un 48,4% fueron negativas. Si se mira en detalle, las carnes tuvieron una suba del 8,8% que se debe a “la caída de los ingresos reales por el impacto en el consumo, con la demanda vacándose a proteínas más económicas”. El pollo aumentó 16,1% y el cerdo 21%. En cuanto a las frutas y verduras, subieron 5,3% y 7,3%, siempre según esta fuente, y el mayor incremento correspondió a la manzana (+27%). También se destacó la disparada de precios en lácteos y huevos (+19,5%) impulsado por suba de yogures y postres (+27%), leche en polvo (+26%) y quesos (+23%) así como el alza en azúcar (+19,7%), aceites (13,5%) y en bebidas e infusiones (+14,5%).
A su vez, esta semana se conoció el Índice de Precios de la Ciudad de Buenos Aires que indicó un incremento del 14,1% durante febrero, debido principalmente a los aumentos en Alimentos y bebidas no alcohólicas, Transporte, Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, Salud e Información y comunicación, que explicaron el 72,2% del alza general. En el caso puntual de Alimentos, que tienen el mayor peso dentro del IPC, el incremento mensual fue de 14,7%, levemente por arriba del índice general, alcanzando en el primer bimestre del año una suba mensual del 43,7% y un incremento interanual del 329,3% muy por encima de la inflación (38,9% y 264,5%, el nivel general). Al interior de la división, los principales aumentos se evidenciaron en pan y cereales (+16,4%), leche, productos lácteos y huevos (+17,1%), verduras (+17,3%), azúcar (+14,1%), bebidas no alcohólicas (+18,6%) y carnes y derivados (+7,9%). Muchos de estos productos ya acumulan en dos meses del año una suba del 50% y comparado con igual mes de un año atrás, se ubican muy por arriba del índice general: panificados (+365%), aceites (+354%), azúcar (+368%) y bebidas no alcohólicas (+375%).
En relación, la Asociación Consumidores Libres que mide la evolución de precios de almacén, verdulería y carnicería en supermercados y almacenes de barrio en la Ciudad de Buenos Aires, indicó en su último informe que la Canasta Básica de Alimentos creció 16,4% en febrero y acumuló en los dos primeros meses del año un alza del 38%. En detalle, el rubro que más aumentó en febrero fue frutas y verduras (+26%) que acumuló una suba del 42% en el año, el rubro almacén aumentó 14% y acumuló un aumento del 41% en el bimestre y en el caso de carnicería la suba mensual fue de 15%, con un alza en dos meses del 34%. Sobre los productos que más crecieron se destacó: leche de litro (+34%), yerba Taragui 1 kg (+24%), huevos color docena (+15%), arroz grano fino 1kg (+22%), acelga paquete (+77%), naranja kg (48%) y asado kg (+20%).
Por otra parte, un relevamiento realizado en los barrios del conurbano bonaerense mostró que el precio de los alimentos se disparó un 70% durante el primer trimestre de la actual gestión. Según relevó el Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (Isepci) en 850 comercios de cercanía de veinte distritos del conurbano bonaerense, en febrero los alimentos subieron 14,12% y desde diciembre del año pasado aumentaron 69,7%. Una familia de dos adultos y dos hijos pequeños que en noviembre de 2023 necesitaba para alimentarse $182.905, tres meses después, requirió para comprar los mismos productos $310.431, es decir, $127.526 más. Si se consideran además de los alimentos gastos básicos en salud, educación, transporte, la misma familia que en noviembre necesitaba $393.243 en febrero requirió $665.011, es decir, debió sumar $261.768. “Si bien, el presidente anunció un incremento del 28% en las jubilaciones (bono de 70 mil) y el ascenso del salario mínimo a $202.000 para el mes de marzo, estos valores están muy lejos del monto de la Canasta Básica de Alimentos (CBA), que ya acumula un 70% en los primeros tres meses de gestión del actual gobierno”, señalaron desde el centro de investigación.
Ingresos y consumo en picada
“La aceleración inflacionaria de estos meses impactará en el pago de jubilaciones a partir de marzo, creciendo en términos reales si la inflación no pega un nuevo salto”, analizaron desde la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) y agregaron que “la complicidad y riesgo de judicialización de la decisión de reducir unilateralmente las transferencias provinciales también acota la capacidad discrecional para ajustar a las jurisdicciones.”
Por su parte, desde el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra – CTA), señalaron que desde noviembre de 2023 al primer mes de este año los salarios tuvieron una caída real (considerando impacto de la inflación) del 21,3% por lo que “el salario real de enero de 2024 fue equivalente a poco menos de la mitad de lo que era en noviembre de 2015”. Al tiempo que, si se mide en términos del precio de los alimentos, el golpe a los ingresos fue aún peor: la pérdida crece al 24%. En el caso sector privado la baja alcanzó el 19% y para el sector público, donde más impactó el ajuste, fue del 25%.
En cuanto al consumo, en diciembre del 2023 registró en los supermercados una caída interanual del 6,6%, de acuerdo al Indec. En complemento, las ventas minoristas pymes sufrieron un derrumbe del 13,7% en diciembre y finalizaron el año con una retracción del 3,4%. Asimismo, en el primer mes del 2024, se registró una significativa caída del 28,5% en las ventas al punto tal que enero fue calificado por los comerciantes como “un mes perdido”, y en febrero el indicador volvió a, en ese caso un 25%. Entre los rubros que más se vieron golpeados se destacó alimentos con dos caídas significativas del 37% y 33%, llegando a los registros similares a la crisis de la pandemia. “Los consumidores se encontraron en el cierre del 2023 con un cambio de precios abrupto en los bienes y servicios, que limitaron su capacidad de compra. Tampoco el mercado fue generoso en opciones de financiamiento y ofertas, lo que obligó a administrar cuidadosamente los recursos disponibles”, señalaron desde CAME y agregaron que las familias comienzan a reemplazar consumos con marcas más accesibles, así como se observaron tickets promedio de menor monto y mayor búsqueda de promociones.