El Gobierno de la Provincia destinó en el mes de junio del 2018 29 millones de pesos para resolver el problema de la Laguna Seca que también afecta a la salud de los riograndenses.
Fue anunciado con bombos y platillos y hasta la propia gobernadora se saco la foto suscribiendo un convenio con el responsable de la estancia maría Behety para poder avanzar con el plan de plan de obras que seria coordinado por la Secretaría de Ambiente, Desarrollo Sostenible y Cambio Climático.
Estas obras evitarían el secado de la laguna, abasteciéndose de agua proveniente del río Grande a través de estaciones de bombeo y cañerías. La recarga artificial de la laguna se realizaría durante los meses de verano, al menos eso estipulaba lo publicado por el gobierno, y evidentemente ya estamos en estación de verano, el problema persiste y es molesto para los riograndenses pero la solución y las inversiones brillan por su ausencia.
El proyecto presentado por el gobierno provincial plantea la captación por bombeo en el río Grande, la conducción entubada de 443 metros para sortear un desnivel de 50 metros y un canal a cielo abierto de 8.000 metros aproximados. El caudal efectivo a conducir es de 130 litros por segundo. Para el funcionamiento de las bombas, será necesario la ampliación del tendido de energía eléctrica hasta el sector seleccionado para el trasvase de cuenca. El bombeo se plantea desde la cabecera de la microcuenca de la Laguna de los Cisnes, mediante la alimentación artificial con agua captada del Río Grande, a 1100 metros aguas arriba de la actual toma de la Planta Potabilizadora.
