La marca Ilolay, blanqueo capitales por más de 95 millones de dólares

Alfredo Armando Williner, presidente de la empresa, y el directorio Horacio Armando Curiotti, participaron del blanqueo de capitales llevado a cabo en 2016. La pista de la leche en polvo subfacturada, y el antecedente de Verónica, que ya es investigado en la Aduana.

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La razón social es Sucesores de Alfredo Williner S.A., y así se la conoce en su originaria ciudad de Rafaela, la “Perla del Oeste” santafesino. Pero a nivel nacional es reconocida por la marca Ilolay que, entre otros productos, descollada por un dulce de leche que suele ganar premios y reconocimientos. La presentación institucional de la empresa dice que factura u$s 300 millones al año y procesa 540 millones de litros de leche, casi un millón y medio por día.

Sin embargo, como en toda empresa familiar, el “Lado B” (para los memoriosos que recuerdan los cassettes) puede aflorar fácilmente. Como cuando el rugbier José María Williner asesinó a un ex amigo suyo con el cual disputaba el amor de una mujer. Un caso que conmovió a todo Rafaela y fue relatado en distintas notas periodísticas, como esta: https://www.losandes.com.ar/article/view?slug=rugbier-fallecido-a-las-pinas-como-era-el-triangulo-amoroso-que-termino-en-tragedia.

Desde lo económico, el “Lado B” de Williner, hasta ahora desconocido, es que dos miembros del directorio blanquearon capitales por una cifra importante en el 2016. Ellos son Alfredo Armando Williner, nada menos que el presidente de la empresa, y el director Horacio Armando Curiotti. En cuanto al origen de esa fortuna, oculta hasta el 2016, distintas fuentes del sector apuntan a la subfacturación en las exportaciones de leche en polvo, por lo que también están apuntados los dueños de la láctea Verónica.

Entre 95 y 950 millones de dólares, mientras la Aduana investiga

Alfredo Armando Williner pagó más de $ 63 millones como penalidad por el blanqueo. La cifra exacta: $ 63.458.367. Como el día que lo hizo (20 de diciembre del 2016), el tipo de cambio era 15,70, la cifra equivale a más de 4 millones de dólares. Y como esa cifra expresa entre el 1% y el 10% de lo declarado, los bienes en el exterior del presidente de la empresa están entre los 4 y los 40 millones de dólares. Revelar el detalle final sería violar el secreto fiscal.

En cuanto a Horacio Armando Curiotti, blanqueó más bienes que el presidente de la empresa, pagando de penalidad algo más de $ 83 millones. Como el día que lo hizo (16 de diciembre del 2016), el tipo de cambio era 15,20, la cifra equivale a más de casi 5,5 millones de dólares. En tanto esa cifra expresa entre el 1% y el 10% de lo declarado, los bienes en el exterior del director de Williner están entre los 55 y los 550 millones de dólares. En total, entre Alfredo Williner y Horacio Curiotti blanquearon entre 95 y 950 millones de dólares. Cualquiera sea la cifra final, escalofriante.

Más aún, para una empresa que en el 2013 sonaba como próxima a ser vendida, y objeto de un recambio generacional que finalmente no se produjo. A tal punto, que los dos blanqueadores, como muestran sus CUIT y números de documento, son parte de la vieja guardia. El DNI de Alfredo Williner, homónimo del creador de la empresa, es 10.154.225. En tanto que el de Curiotti es 6.299.823.

Según fuentes del sector, más allá de ser una empresa antigua (fundada en 1928), el origen de la fortuna blanqueada podría estar en la “época de oro” de la exportación, con la consecuente subfacturación, de leche en polvo, principalmente entre 2010 y 2012. Algo similar a lo apuntado  con una láctea más pequeña, pero también con blanqueador importantes, Verónica. Como ya contó este medio en una nota anterior: https://www.minutodecierre.com/nota/2020-4-6-19-59-0-los-duenos-de-veronica-blanquearon-hasta-u-s-420-millones-poseen-cuentas-en-suiza-y-pagaran-sueldos-en-4-cuotas.

El caso de Verónica ya es objeto de una investigación interna en la Aduana. El de Williner podría serlo. Y aunque se trataría de hechos prescriptos, por su antigüedad, sientan un antecedente hacia adelante. Con el cambio de mando en el Puerto de Rosario, y la Aduana más atenta, la evasión y fuga de capitales no serán un asunto tan fácil de realizar.

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