El ministro predijo que “el 2021 va a ser un buen año en términos de crecimiento económico”.
Explicó que, tras haber llegado al 120%, la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo “está decreciendo significativamente en el último mes y medio”. En cuanto a los desafíos, sostuvo que “la inflación es el aspecto más crítico” pero destacó que se está haciendo un “enorme” esfuerzo para reducir la marcha de los precios y predijo que reducir la inflación “llevará tiempo y esperamos reducirla año tras año”.
Con relación al dólar, enfatizó que la política del Gobierno es “mantener un tipo de cambio real estable”. Precisó que ello supone que a fines del año próximo la paridad oficial se ubique en el mismo nivel que tenía a fines de 2019, descontada la inflación.
En cuanto a las presiones sobre las cotizaciones de los dólares alternativos, Guzmán las relacionó con la intención de fondos del exterior de salir del país, tras haber quedado atrapados aprovechando el diferencial de tasa de interés (carry trade). Sostuvo que “estamos trabajando para reducir esa brecha. Estamos estableciendo objetivos de acumulación de reservas de moneda extranjera en los próximos años”. De todas formas advirtió que el mercado paralelo “es muy pequeño”.
También se refirió a las políticas de control de cambio, medidas que “no nos hacen felices”, dijo, pero las justificó como necesarias para mantener la estabilidad del tipo de cambio. Como sostuvo en otras oportunidades, adelantó que la situación se irá normalizando: “Es necesario posibilitar la transición desde el esquema de controles de capital hacia un sistema basado en el esquema de regulaciones macroprudenciales, aunque esto llevará tiempo”.
El ministro recordó que en el pasado la relación entre el país y el FMI fue “turbulenta” y que distintos sectores no dudaron en calificar de “político” el crédito que el organismo multilateral otorgó a la administración de Mauricio Macri. El presidente Alberto Fernández y la directora gerente del FMI, Kristalina Giorgieva, “están avanzando con un enfoque muy positivo” en las negociaciones para reestructurar la deuda, aseveró.
Al respecto manifestó que la negociación con el “FMI llevará un tiempo porque queremos hacer las cosas bien” dijo el ministro. “Sería aceptable tener un programa para marzo pero esto no significa que no pueda ocurrir antes, estamos trabajando”, precisó Guzmán.
Las negociaciones que son lideradas por el gobierno, primero tiene que haber un acuerdo (entre el gobierno y el equipo del FMI) y cuando el acuerdo sea alcanzado recién será remitido al Congreso.
En lo que consideró un hecho inusual, sostuvo que el acuerdo con el FMI será sujeto a la aprobación del Congreso porque, explicó, “queremos que sea una política de Estado, con un consenso político y social amplio para solucionar los problemas estructurales que el país sufre desde hace décadas”.
Al respecto señaló que el país trabaja en la elaboración de un programa multianual que apunta a promover la estabilidad y el crecimiento. Recordó desde esta perspectiva, que desde el comienzo de su gestión trabajó en la reconstrucción del mercado de deuda en pesos. También dijo que es necesario aplicar políticas que aseguren la competencia y aumentar la inversión pública en infraestructura, como ya se contempla en el proyecto de Presupuesto 2021.
Destacó el diálogo que el Gobierno mantiene con los sectores productivos, como por ejemplo el agro, la construcción, petróleo y gas que “han dado favorables resultados”. Particularmente se refirió al Plan Gas para aumentar la producción de este hidrocarburo.
El sector fiscal presenta “un estrecho corredor” en el que el Gobierno maniobra apuntando a reducir el déficit pero también adoptando medidas para sostener el crecimiento. Con todo, remarcó que “la estabilidad fiscal es un pilar” para la recuperación y el crecimiento de la economía.
Tras considerar que “no es posible eliminar el financiamiento del Banco Central al Tesoro de un solo golpe” reiteró el compromiso de ir reduciendo el financiamiento monetario cada año.
