El plan Bertone: dejar las cuentas provinciales en rojo

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Tras el resultado de las elecciones provinciales, realizadas el 16 de junio, el municipio de Río Grande fue ganado por Martín Pérez, quien venció a Analía Cubino, la candidata de FORJA, el partido de Melella. A partir de ello, el gobernador electo decidió parar todas las licitaciones en marcha. “No tiene sentido condicionar a la próxima gestión, me parece lo más lógico y razonable”, apuntó Melella.

La actitud de Bertone fue toda la contraria. En los últimos meses, muchos empleados que tienen contratación temporaria con el gobierno provincial pasaron a planta permanente. Sin contar con las nuevas jubilaciones, algunas de ellas de privilegio. Hace algunos días, mediante una ley, le permitió a diversos empleados estatales provinciales, entre ellos bibliotecarios, jubilarse con menos años de aporte. Una paradoja del destino: Bertone comenzó su gestión cambiando el régimen jubilatorio para que la provincia gastara menos, y ahora recorre el camino inverso.

Por otra parte, entre los gastos que Bertone realiza como si fuera a gobernar 4 años más se cuenta el talado de árboles centenarios para la cuestionada Ruta Costera del Beagle. Las 22 hectáreas arrasadas, que para la gobernadora fueron sólo “22 árboles” tienen, además de la destrucción de un patrimonio natural irrecuperable, la función de seguir pagándole tramos de obra a Juan Felipe Gancedo S.A., la empresa que financió la campaña de Bertone en 2015, y probablemente también la del 2019. Aunque por la veda invernal el talado de árboles haya sido anticipado.

Mientras Bertone sigue comprometiendo las cuentas de la provincia a futuro, Melella junta documentación y bronca. La primera, para deshacer decisiones administrativas que no corresponden, y eventualmente encarar juicios contra Bertone y sus funcionarios. En cuanto a la bronca, crece desde octubre del 2018, cuando tras enviarle amenazas que no lo asustaron ni un segundo, Bertone estuvo detrás de denuncias contra Melella por acoso sexual, que judicialmente ya están muertas.

Uno de los colaboradores de mayor cercanía a Melella hace memoria. “Le mandaron a decir a Gustavo que le convenía ser senador, porque sabían que ganaba la elección a gobernador. Respondió que no le gusta usar traje, y que no podían condicionarlo porque no les debía nada. Luego lo amenazaron con denuncias personales, que finalmente llevaron a cabo”. Y concluye: “pensé que luego de las elecciones habría lugar para la reconciliación y el perdón, pero Rosana sólo tiene rencor. Peor para ella”.

fuente: minutodecierre.com

 

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