El desafío de las 15 palabras para ejercitar la memoria

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El neurocientífico Mariano Sigman demostró a través de un “memo-test” cuál es la mejor herramienta para recordar palabras o conceptos

El funcionamiento de la mente posee múltiples misterios, caminos, accesos, puentes, que aún permanecen invisibles para los investigadores. Esta gran construcción, repleta de pasadizos, de conexiones, no posee aún un mapa confiable, de la misma manera que a los astrónomos les sucede con el universo. Sin embargo, eso no significa que no se hayan identificado muchas de las habitaciones de este enorme palacio, en especial, en la memoria.

Hay personas que tienen la capacidad de recordar cada detalle -fenómeno conocido como memoria episódica- y otros que solo recuerdan los hechos en general -memoria semántica-. Por años, el porqué de esto fue un misterio hasta que una investigación del Instituto de Investigación Rotman en el Centro de Ciencias de la Salud de Baycrest, afiliado a la Universidad de Toronto, reveló que existen distintos tipos de memoria, que se asocian a diferentes patrones de conexión cerebrales y que pueden ser heredados.

Mariano Sigman, doctor en Neurociencia, propuso un juego de retención de palabras para comprobar cuál es la capacidad de personas: “Te voy a dar una lista de palabras. Tratá de acordarte de todas las que puedas y además en el orden en el cual te las estoy dando: Servilleta, teléfono, herradura, queso, corbata, lluvia, canoa, hormiguero, regla, mate, calabaza, pulgar, elefante, parrilla y acordeón”.

¿Es posible recordar todas?, ¿existen algunas que son más sencillas que otras? Para el neurocientífico sí: “Si recuerdas dos o tres o cuatro, quizá acordeón, que era la última, o hormiguero, que por ahí era más rara, o servilleta, que era una de las primeras, entonces está bien, eso es lo que les pasa a casi todos. Recordamos en general dos o tres o cuatro palabras, raramente más”.

¿Por qué no se pueden recordar 15 palabras seguidas? (Shuttersotck)

Entonces, por qué si se pueden rememorar historias e imágenes del pasado, como si hubiesen pasado hace cinco minutos, no es posible hacerlo con solo quince palabras.

“Cómo puede ser que si tenemos una memoria a veces tan extraordinaria, nos acordamos algunos todas las canciones de los Beatles o nos acordamos el recorrido de 40 colectivos distintos, las casas de muchos amigos, mapas, es decir un montón de historias, antes nos acordábamos todos los números de teléfono, ¿cómo puede ser que tenemos una memoria tan extraordinaria para algunas cosas y, sin embargo, que no podemos recordar solo 15 palabras?”.

“La solución a este problema es que la memoria es muy buena, pero es muy buena para algunas cosas, sobre todo para el espacio, para recordar cosas fotográficas, cosas que se extienden en el tiempo”.

A pesar de que podía ser un descubrimiento de algunos de los notables laboratorios que aúnan a los mejores neurocientistas del mundo, este saber ya está anclado en la sociedad desde los tiempos de la Antigua Grecia.

“Esto lo descubrió un griego que se llamaba Simónides, en una especie de tragedia. Él estaba en un festín, salió afuera como si fuese para ver las estrellas griegas de aquel momento y literalmente se cayó del palacio. Y cuando él volvió, él se sorprendió de que podía recordar exactamente en esa mesa larguísima y llena de gente dónde estaba cada uno”.

“La razón por la que descubrió eso es que esta mesa estaba ubicada en el espacio y él tenía una foto construida y para eso es exactamente para lo que es bueno la memoria”, explicó el director del Laboratorio de Neurociencia de la Universidad Di Tella e investigador del CONICET.

Entonces, ¿cuál es la mejor técnica para recordar las 15 palabras?

“De hecho, si cada uno se construye un palacio mental, puede ser una casa, la de un amigo, una cancha, una ciudad, lo que quieran, cualquier cosa en el espacio y las 15 palabras que les dí las recuerdan pero no como palabras, sino como imágenes ahora en ese palacio. Ponen el hormiguero en la bañera por ejemplo, después ponen el acordeón en el cuarto de su hermano y así van siguiendo y construyen imágenes lo más vívidas, lo más fuertes y lo más emocionales que puedan”.

“Entonces van a ver que cualquier persona puede hacer lo que pareciera imposible: en 15 o 20 minutos recordar sin ningún esfuerzo, o con cierto esfuerzo pero un esfuerzo pequeño, estas 15 palabras”.

“Lo más bonito es que esta historia, que es ancestral, tiene miles y miles de años, vuelve a asomar hace muy poco tiempo en el premio Nobel de Fisiología que ganaron un matrimonio noruego y un neurocientífico inglés por descubrir que la base de la memoria, que está en una estructura que se llama el hipocampo, una parte de las más profundas del cerebro, se organiza como una grilla, como un mapa, es decir como intuyó Simónides y como lo sabemos hoy con la neurociencia más moderna, la memoria, la nuestra, se organiza en el espacio”, finalizó.

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