Balotaje: Mientras la crisis de Juntos por el Cambio se profundiza, Massa suma adhesiones y guiños de la oposición

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El candidato de Unión por la Patria inició la búsqueda de votos radicales y del peronismo cordobés. La UCR se divide entre los que piden neutralidad y los que reclaman votar al ministro de Economía

Si faltaba un mensaje contundente para darle inicio a la cacería de votos radicales por parte de Sergio Massa, ese mensaje llegó en el mediodía tucumano del domingo. El candidato presidencial de Unión por la Patria (UP) recitó una parte del Preámbulo de la Constitucional Nacional, como hizo Raúl Alfonsín 40 años atrás. Un gesto de condescendencia con el electorado radical.

“Quiero rendir homenaje al primer presidente que le puso luz a la democracia argentina después de años de oscuridad, a Raúl Ricardo Alfonsín. Recordarlo y recordar esa convocatoria que decía por qué marchamos y por qué luchamos. Marchamos y luchamos para consolidar la unión nacional, la paz interior, el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para todos los hombres que deseen habitar el suelo argentino”, expresó en la asunción del nuevo gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo.


Massa tiene en claro que los electores del radicalismo están entre la espada y la pared frente al balotaje. No votarán a Javier Milei, que se encargó de decir que el gobierno de Alfonsín fue “el peor de la historia” y bastardear a los dirigentes del partido centenario. Está solo frente a ellos, intentando que su voto sea positivo o, de mínima, que no vaya al libertario.

“No hay que parar un minuto. Hay que convencer a todos los viejos meados de que voten en blanco o se queden en sus casas. Hay que romper la narrativa de Macri”, aseguró un dirigente radical a Infobae, que siente temor por un posible gobierno de Milei. El radicalismo se ha manifestado con rapidez y contundencia respecto al pacto Macri-Milei. Nunca abrazarán esa propuesta.

El candidato a presidente de UP trabajará finamente la estrategia para cautivar a los radicales. Le hablará al electorado, no a la dirigencia. Si bien tiene canales abiertos con legisladores a los que conoce por su paso en la Cámara de Diputados, sabe que lo importante es cautivar al votante, que es el que va a inclinar la elección.

“El camino es el consenso. Sergio quiere un gobierno de unidad no para encajar uno u otro nombre, sino para poder llevar adelante políticas de Estado. Necesitamos hacer acuerdos y abrir el diálogo”, señalaron en el búnker oficialista. Esa es la línea discursiva que va a mantener a flote Massa durante el tercer tramo de la campaña.

Un dirigente muy cercano al ministro de Economía resaltó por donde va a ir el mensaje electoral de los próximos días. “Los votantes de Patricia Bullrich quieren un país ordenado, con seguridad, con estabilidad. No quieren el caos, el desorden y la radicalidad de Milei”, aseguró. Massa ampliará su horizonte para buscar votos sin ponerse límites. “Cada voto suma uno y hay que ir a buscarlo”, resaltó un ministro días atrás.

En los últimos días el titular del Palacio de Hacienda se encargó de hacer un fuerte contraste con la hecatombe que se vive en Juntos por el Cambio. El jueves logró el respaldo de todos los gobernadores oficialistas y de los aliados de partidos provinciales. Mostró la unidad del espacio político detrás de su candidatura. Ayer en Tucumán quedó en claro su absoluta centralidad como líder de un peronismo que está reconfigurándose mientras se desarrolla el proceso electoral. Liderazgo que debe revalidar en las urnas el 19 de noviembre.

La coalición opositora está naufragando. No tiene destino claro aún. Los primeros indicios parecen marcar que la UCR, la Coalición Cívica, el ala blanda del PRO y el sector del peronismo que se referencia en Miguel Pichetto podrían conformar una nueva alianza de centro, con una base de poder conformada por los 10 gobernadores que tiene el espacio desde este año y nuevos liderazgos. Es demasiado pronto pero aparece como la opción más viable en el futuro inmediato.

El PRO implosionó en los últimos días. Mauricio Macri ya no lidera su propio partido. Es la consecuencia más directa de su pacto con Javier Milei. Dirigentes como Horacio Rodríguez Larreta o María Eugenia Vidal, que se forjaron bajo su protección, se diferenciaron rápidamente de la idea de respaldar al líder de La Libertad Avanza (LLA) y expresaron su vocación de mantener la coalición, aún sabiendo que está fraccionada y herida de muerte. Lo que quede en pie puede ser la base de un nuevo proyecto.

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