El exministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que renunció este sábado -tras un año y siete meses en su cargo-, había asumido el 10 de enero de 2017, en reemplazo del Golden Boy, Alfonso Prat Gay.
Con su ingreso, el Ministerio de Hacienda y Finanzas, se dividía en dos y Finanzas quedaba a cargo de Luis “Toto” Caputo.
Su objetivo fue lograr el déficit cero pero su gestión quedó marcada -tras su salida- por los números rojos y por la vuelta de la Argentina al Fondo Monetario Internacional.
Dujovne asumió el 10 de enero de 2017 con un dólar a $16,33. El tercer trimestre de 2016, poco antes de su ingreso, la deuda externa total era de u$s188.778 millones.
En mayo de 2018, bajo su gestión el Gobierno tuvo que recurrir al FMIpara frenar una corrida cambiaria que llevó el dólar a $24, impulsado por una “tormenta externa”, en palabras del presidente Mauricio Macri.
El organismo internacional de crédito, dirigido en ese entonces por Christine Lagarde, le concedió al país un préstamo Stand-by de u$s50.000 millones, uno de los más importantes de la historia de la entidad.
En su camino por hacer un buen papel y cumplir con los requisitos solicitados por el organismo, Dujovne logró reducir el déficit primario, que bajó desde un poco más de 4 puntos a cerca de 0,5 puntos para el año en curso.
Tras el anuncio de la vuelta al FMI, Macri decidió darle a Dujovne dotes de Superministro. Así absorbió la coordinación económica a cargo de los vicejefes de Gabinete Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. El Ministerio de Finanzas de Luis Caputo, Producción, Energía, Transporte, Interior y Modernización también quedaron bajo su órbita.
En junio de 2018, en un viaje a Nueva York, Dujovne cerró con Lagarde una ampliación de u$s7.100 millones.
Hoy, a su salida, el dólar está a $58,12 después de la devaluación de los primeros días de esta semana tras la abultada derrota electoral del oficialismo en las PASO y la deuda externa medida al primer trimestre del 2019 es de u$s275.828 millones.
Un capítulo aparte es el de la inflación, a la que el ministro no logró domar, a pesar de sus siempre positivas metas. «Tuvimos un optimismo exagerado sobre las posibilidades”, dijo en abril de este año en conferencia de prensa. Su primer año de gestión -2017- finalizó con una inflación anual de 24,8%; 2018 terminó con un acumulado de 47.6% y a junio de 2019, el índice se ubica en un 22,4% -analistas estiman que llegará al 50% en diciembre-.
Además, la desocupación llegó al 10,1% en junio de 2019 y la pobreza alcanzó el nivel récord de 32% y afecta a más de 14 millones de argentinos.
“Puse todo de mí, tanto personal como profesionalmente, para contribuir a la construcción de una Argentina distinta, moderna, integrada al mundo, plural y con los equilibrios macroeconómicos necesarios para un desarrollo sustentable». Así, evaluó su gestión, en la carta que este sábado entregó al presidente Macri, tras el duro mensaje de las urnas.