Cambiamos: Una jubilada mendocina salió a comprar el pan en bicicleta y le hicieron una multa de $14.000 por no llevar casco

Después de haber pasado casi cuatro meses en cama, esta jubilada decidió volver a realizar actividad física y tomó su bicicleta para recorrer dos cuadras

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casi me infarto. Fueron los dos bollitos de pan más caros de mi vida”. Así, con una risa nerviosa, María Teresa Ambrosini le contó a Clarín lo que para ella fue un gran dolor de cabeza. Transitó dos cuadras en su bicicleta sin casco y la policía le hizo una multa por más de 14.000 pesos.

Después de haber pasado casi cuatro meses en cama por un problema de salud, esta jubilada del departamento de Rivadavia, en Mendoza, decidió volver a realizar actividad física y tomó su bicicleta para recorrer las dos cuadras que la separan de la panadería de su barrio.

“Había pasado mucho tiempo en cama. Estuve a punto de morirme y ahora estoy queriendo endurecer los músculos”, siguió su relato María. “Agarré la bici para hacer esas dos cuadras pero nunca pensé que iba a ser el pan más caro de mi vida. Porque fui a comprar dos bollitos, porque vivo sola, y me salieron con una multa de $14.250 pesos”, precisó.

La noticia de la multa le cayó como un balde de agua helada. “Vivo al día y tenía que irme a San Juan, porque a mi hija se le vencía el contrato y tenía que ir a firmar unos papeles. La plata para pagar me la prestó un vecino”, explicó. Finalmente tuvo que desembolsar $8.550 por el descuento que le hicieron por pago voluntario.

“La oficial me dijo que debía saber que no se puede circular más sin casco y sin las lucecitas. Pero yo no sabía, si había estado como cuatro meses sin salir”, enfatizó.

Intentó hacer un descargo. Fue a la dirección de tránsito y pidió hablar con la jueza: “La señora me atendió. Me hicieron pasar y le lloré la carta, pero marche preso. Hasta me dijo dónde podía comprar el casco y las luces que me iban a salir más baratos”.

La nueva ley de tránsito en la provincia convirtió en obligatorio la utilización de casco y luces para quienes circulan en bicicleta. María no lo sabía. “Un regalo muy caro para esta navidad”, cerró, riéndose para no llorar.

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