Para el lunes, la policía de un pequeño pueblo de Nueva Jersey había recibido una denuncia anónima sobre un cuerpo almacenado en un cobertizo fuera de uno de los mayores asilos del estado.
Cuando la policía llegó, el cadáver había sido retirado del cobertizo, pero descubrieron 17 cuerpos apilados dentro de una pequeña morgue, destinada a albergar no más de cuatro personas.
Centro de Subagudos y Rehabilitación de Andover donde 17 cuerpos fueron encontrados en una pequeña morgue. (Gregg Vigliotti para The New York Times)
“Estaban simplemente abrumados por la cantidad de gente que moría”, dijo Eric C. Danielson, el jefe de policía de Andover, un pequeño municipio del condado de Sussex, el condado más septentrional del estado.
Los 17 se encontraban entre las 68 muertes recientes relacionadas con el centro de cuidados a largo plazo, Andover Subacute and Rehabilitation Center I y II, incluyendo dos enfermeras, dijeron los funcionarios. De los que murieron, 26 personas dieron positivo en las pruebas del virus.
De los pacientes que permanecen en los hogares, alojados en dos edificios, 76 han dado positivo por el virus; 41 miembros del personal, incluyendo un administrador, están enfermos con COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, según los registros de salud del condado compartidos el miércoles con un funcionario federal.
Andover Subacute no está solo. El coronavirus se ha propagado por los asilos de la región de Nueva York con una velocidad devastadora y mortal, matando a miles de residentes en instalaciones que luchan contra la escasez de personal, pacientes cada vez más enfermos y la falta de equipo de protección personal.
Pero con camas para 700 pacientes, Andover Subacute es, según los registros, la instalación con permiso más grande del estado – y el riesgo de una propagación continua es aterrador para los miembros de la familia que han recurrido a los medios de comunicación social y a su congresista local, desesperados por respuestas y personal adicional.
“El reto que tenemos con todos estos asilos, es que una vez que se extienden, es como un incendio forestal“, dijo el representante Josh Gottheimer, un demócrata que recibió la llamada el sábado, pidiendo bolsas para cadáveres. “Es muy difícil detenerlo“.
Uno de los dueños de la instalación, Chaim Scheinbaum, no devolvió las llamadas ni los correos electrónicos. Los funcionarios que respondieron a los teléfonos en las instalaciones dijeron que no estaban autorizados a hablar con los medios de comunicación.
Incluso antes de la pandemia, la residencia de ancianos había tenido dificultades. Andover Subacute and Rehabilitation II recientemente obtuvo una calificación de una estrella de “muy por debajo del promedio” por parte de Medicare para los niveles de personal, las inspecciones y la atención de los pacientes.
“Me siento tan desamparada”, escribió una mujer, que inició un grupo para familiares, en Facebook el martes. “Siento que todo el mundo va a tener COVID. ¿Qué hacemos?” Los miembros del personal de la instalación se preguntaban lo mismo.
Trece de los cuerpos fueron trasladados a un camión refrigerado fuera del Centro Médico Newton. (Gregg Vigliotti para The New York Times)
“A todas las personas que llamen a la oficina del gobernador, a la oficina del congresista para ayudarnos a decirles que NECESITAMOS AYUDA”, un representante de Andover Subacute & Centro de Rehabilitación II escribió a las 7:18 p.m. hora del este el lunes, en un post de Facebook que fue borrado el miércoles.
Después de que las noticias comenzaron a ser compartidas el miércoles sobre los cuerpos encontrados en la morgue improvisada, un descubrimiento reportado por primera vez por The New Jersey Herald, el miedo se intensificó.
Gottheimer dijo que su oficina había recibido llamadas de miembros del personal y familiares preocupados pidiendo ayuda. Dijo que había hablado con un representante de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) sobre la posibilidad de enviar médicos de la Guardia Nacional.
El Departamento de Salud del estado mandó dos envíos que contenían 3.200 mascarillas quirúrgicas, 1.400 mascarillas N95 y 10.000 guantes a las residencias de ancianos, dijo Donna Leusner, una portavoz. El primer envío salió hace una semana y el segundo debería haber sido entregado el martes o miércoles, dijo.
