viernes, mayo 10, 2024

Todas las medidas de Milei conducen a la reducción de salarios

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Se acabó la campaña electoral. Finalizaron las conjeturas previas respecto a qué haría el flamante gobierno presidido por Javier Milei en sus inicios. Se corrió el telón y ya están actuando las primeras medidas en las primeras escenas del primer acto que alcanzan para entender cómo se llama la obra: reducción del salario.

Devaluación e Inflación cambiaria

El Estado fija la devaluación del peso o el incremento del precio del dólar, más que duplicándolo. Esta suba de la cotización del dólar se traslada rápidamente a precios debido a que casi todo producto en la economía tiene algún componente a precio dólar. Al tener precio en dólares, los productos importados se encarecen en pesos, al igual que los exportables, como los alimentos.

Desregulación de precios y salarios planchados

A este impulso de inflación cambiaria se suma que el Estado ya no fija techo de precios ni los controla.

Por otro lado, el Estado fija para el año próximo la misma cantidad de dinero para el presupuesto que tuvo para 2023. Por lo tanto, el mismo monto en salarios, mientras los precios crecen aceleradamente. El Estado le da esta señal al mercado.

Reducción de subsidios a energía y transporte

El Estado reduce subsidios a energía y transporte, aunque no queda clara la magnitud. Además, ambos precios crecen.

Esto implica que hay que destinar una mayor parte del salario para pagarlos.

Despidos e incremento del desempleo

Las afirmaciones sobre la reducción de la obra pública ya desencadenaron despidos en la industria de la construcción, repercutiendo en otras industrias.

Además, se preparan despidos masivos en el Estado, junto a una reforma laboral de la que hay trascendidos y se espera que reduzca las indemnizaciones y permita contrataciones por plazos cortos, sin necesidad de indemnizar ante el despido.

Objetivos de política económica

Al anunciar las medidas, el ministro de economía Caputo, enfatizó que hay una inflación “reprimida”, precios “reprimidos”. En particular, el precio del dólar y el de la energía. No menciona al salario, el precio del trabajo, por lo que no estaría “reprimido”.

En resumidas cuentas, se modifican los precios relativos: suben el dólar y la energía quedando fijo el salario, por lo tanto, baja el salario.

No existe búsqueda de estabilidad de precios, sino que la hiperinflación es el principal objetivo de política económica porque se la utiliza como instrumento todoterreno para reducir el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones.

Al afirmar que la gestión anterior deja una potencial inflación anual de 15.000% (que implica una inflación mensual cercana a 123%), la gestión actual puede darse el lujo de tener un nivel de inflación de 40% mensual y asegurar que evitó una catástrofe.

Al mermar los salarios, se reducen las compras. De esta manera no solo se reduce el consumo sino también la inversión, porque no es necesario ampliar la capacidad productiva. Baja la demanda. Baja la actividad. Se necesitan menos empleados, también en el comercio: se producen despidos.

El mayor desempleo desplaza las prioridades y ya no se concentra en la magnitud salarial sino en el cuidado del empleo.

Esto se combina con medidas de incremento a las retenciones a las exportaciones industriales y el incremento de la energía junto con la apertura de importaciones. Esto tiende a destruir industria y, por lo tanto, también empleo.

La estanflación, mejor dicho, depreflación, también es un objetivo de política económica porque permite reducción del salario y disciplinamiento social.

Así, las principales medidas anunciadas el 12 de diciembre se concentran en el salario. Todos los caminos de Milei conducen a la reducción del salario y el empleo, el rasgo principal, aunque no exclusivo, del nuevo modelo.

Fuente: ambito.com

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