El Inter eliminó al Benfica en el Giuseppe Meazza y jugará las semifinales de la Champions League ante el Milan, lo que significará una nueva edición del Clásico della Madonnina. Una de las figuras de la jornada fue Lautaro Martínez, quien lideró la ofensiva del Nerazzurro a puro talento y potencia.
El combinado italiano se puso en ventaja gracias a una extraordinaria sociedad del bahiense con Nicoló Barella. El ex Racing recuperó en territorio lusitano, construyó dos paredes con el volante y abasteció a su compañero para que la parcialidad local comenzara a disfrutar de los boletos hacia la instancia de los 4 mejores del Viejo Continente.
Durante la primera etapa el Toro logró extender la diferencia con un cabezazo que dejó sin posibilidades al alemán Odisseas Vlachodimos, pero el árbitro Carlos del Cerro Grande interpretó un movimiento del delantero con una infracción en ataque y anuló la conquista.
Antes de que los protagonistas llegaran al descanso, el elenco portugués alcanzó la igualdad a través de una aparición del noruego Fredrik Aursnes. El tanto de la visita fue una muestra del carácter del combinado liderado por Roger Schmidt, que jamás resignó sus ilusiones. Sin embargo, la diferencia de dos goles parecía una meta inalcanzable para el complemento.
Además, cuando restaban 25 minutos para el cierre, Lautaro Martínez sentenció la serie con un violento remate que selló la clasificación del dueño de casa. El delantero argentino, campeón del mundo en Qatar, volvió a marcar después de 45 días, dado que su último grito se había establecido en el triunfo por 2 a 0 sobre el Lecce, en el encuentro correspondiente a la fecha 25 de la Serie A. Con el objetivo cumplido y la sequía terminada, Simone Inzaghi optó por reemplazar a la figura de la noche por Romelu Lukaku.
