La abuela Rogelia tuvo coronavirus, la dieron por muerta y la “enterraron”, pero a los 10 días reapareció de buen humor

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El terrible error con la anciana de 85 años se produjo en un geriátrico de Lugo, España. Por los protocolos en pandemia el ataúd permaneció cerrado y nadie se dio cuenta.

Rogelia Blanco, de 85 años, regresó de buen humor a su residencia geriátrica en España. Hasta ahí nada llama la atención, aunque todos quedaron estupefactos al verla. Sucede que la anciana, positivo de coronavirus, 10 días antes había sido dada por muerta e incluso “enterrada”.

El tremendo error se produjo en el geriátrico de Os Gozos en Pereiro de Aguiar, a 223 kilómetros de Xove, en Lugo. Hasta ese lugar justamente había sido trasladada al contagiarse Covid-19, según La Voz de Galicia.

Como el centro dispone de una planta para atender a usuarios de residencias diagnosticados de coronavirus, Rogelia desembarcó allí el pasado 29 de diciembre junto a otros diez ancianos.

El traslado fue realizado por el servicio de ambulancias adscrito al Hospital de Burela, al que le corresponde el centro de mayores de Xove, detallan para comprender la situación.

Fuentes de la Fundación San Rosendo, responsable de gestionar la residencia, explican este domingo en un comunicado que estas personas fueron trasladadas a una planta independiente (con entradas y salidas propias) que está “equipada con medios y personal especializado” para casos de Covid-19.

El objetivo de esta medida apunta a “liberar” a los centros de casos positivos y así poder “prestar una atención especializada en la patología”.

“Entre las personas mayores trasladadas se encontraban dos mujeres que tenían asignada la misma habitación. Un error de identificación durante el proceso de traslado desde Xove a Pereiro de Aguiar propició que el 13 de enero se certificase el fallecimiento de una de ellas, aunque equivocadamente se le asignó la identidad de su compañera”, relatan.

El entierro se celebró al día siguiente, pero los protocolos de la pandemia obligaron a que el ataúd permaneciera cerrado, por lo que la familia no pudo darse cuenta del error.

¿Cuándo descubrieron lo sucedido? ​Cuando Rogelia Blanco se presentó en la residencia de Xove, en donde también vive su marido.

La Fundación San Rosendo se disculpó por el “desafortunado incidente” y procedió a informar “inmediatamente” la situación a las familias. Y envió un escrito a los juzgados correspondientes a fin de corregir la equivocación.

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