Se trata de Natalio Lattanzi, quien militó fervorosamente a favor de la candidatura presidencial de Javier Milei, pese a que una de sus promesas era terminar con la obra pública. La necesidad tiene cara de hereje.
Una cosa es la campaña, otra la gestión. Esa pareciera ser la lección aprendida por Natalio Lattanzi, intendente Pro de Rufino, Santa Fe, desde el 2015, y fervoroso defensor de las ideas de Javier Milei.
Meses atrás, el joven militaba a favor de que el libertario se convirtiese en presidente de la Nación. Incluso llegó a montar una estatua de un león en tiempos de campaña. Sin embargo, luego de romper la rueda de su auto, fruto del mal estado de la ruta nacional 33, cuyas obras estaban en ejecución y fueron paralizadas por la actual gestión nacional, inició el reclamo por las mismas.
En sus redes sociales, expresó: “Hoy volví a solicitar arreglo en la ruta 33 Rufino-Villegas, DNV (Dirección Nacional de Vialidad) y también a la empresa que tiene a cargo la obra”.
Durante toda su campaña, Milei había sostenido que acabaría con la obra pública, dado que era el mercado y no el estado el que debía evaluar la rentabilidad de un proyecto y financiar su ejecución.
Lattanzi parece no haber estado del todo atento a las promesas de campaña del león. Quizás porque sus preocupaciones estuvieron centradas en la condena por dos años de prisión e inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos, en una causa en la que se lo investigaba por negociaciones incompatibles con la función pública.
La polémica explotó a inicios de su primer mandato, en 2016, cuando decidió contratar a la empresa La Rubia SA, que pertenece a su esposa, para el traslado de piedras, por un monto de 4 millones de pesos.
Por este hecho, el Concejo Deliberante pidió que se lo investigará y, luego de la tarea llevada adelante por el fiscal Mauricio Clavero, fue condenado por el juez Aldo Baravalle, junto a su mujer. Aunque la causa se dirime por estos días en los tribunales de Venado Tuerto.
