La convocatoria se concretó en el Cono de Sombra. Este lunes por la mañana continuarán con un bocinazo a las 10 de la mañana en el Poder Judicial, en repudio al pedido de la fiscal Laura Urquiza, de ocho años de cárcel para el acusado por abuso sexual, cuya defensa presentará el alegato en el mismo horario.
Al conocer el viernes último el alegato de la fiscal Laura Urquiza, quien solicitó ocho años de prisión para el acusado de abuso sexual en el juicio oral que se lleva adelante en la sede judicial del Barrio YPF, las madres de Pañuelos Amarillos concretaron este domingo una movilización en en el Cono de Sombra, en repudio al pedido de pena mínima.
Además, para este lunes lanzaron otra convocatoria que consistirá en un bocinazo en las propias instalaciones judiciales, a partir de las 10 de la mañana, horario en que está prevista la reanudación del juicio con el alegato del abogado Alejandro de la Riva, representante del acusado.
Concluida la manifestación en la que acompañaron decenas de personas con cintas y pañuelos distintivos de la causa, Ivana, madre de la víctima, dio detalles sobre la nula comunicación de parte de la fiscal Urquiza.
“Estamos tristes y decepcionadas, no teníamos gran comunicación como manifesté el otro día. Pensé que iba a pedir otra condena dados los hechos, la situación. Mi hija pudo declarar, comentar, es más, se va a abrir otra causa a raíz de esa declaración. A mí nunca me dijeron nada del pedido de condena porque ella no hablo nunca conmigo durante todo el juicio; me enteré por los medios”, comenzó.
“La información que circula es que los hechos están comprobados, que el vínculo está comprobado; la verdad no entiendo qué pudo haber pasado para que pida la condena mínima. Se comprobaron dos hechos: un abuso simple y un abuso con acceso carnal. Y queda la otra investigación del otro hecho que mi hija declaró ante los jueces”, relató Ivana.
“El lapso que se da por estos hechos es entre 8 y 20 años pero la verdad que me dejó sorprendida que haya pedido el mínimo. La fiscal (Urquiza) no me dijo nada, no sé qué le pudo haber pasado. Cuando leo dice que los hechos se comprobaron, pasaron, y el vínculo que él negaba, que decía que no convivía con mis hijas, está comprobado también”, aseguró.
“Como expectativa yo creo que el daño que hacen estas personas, el daño no tiene una cantidad de años para darle porque esto es un daño terrible. Mi hija hoy está muy mal. Ella tenía muchísimas esperanzas, creía profundamente que la habían escuchado y que su pedido había llegado a oídos de la fiscal por lo menos”, comentó la madre de la víctima.
Ivana contó que solo vio a la fiscal “en enero, cuando fui a denunciar porque esta persona (el acusado) intentó ingresar a mi domicilio”.
“Desde el Juzgado de Instrucción no había ninguna medida. Si te pones a hacer un análisis del caso de la denuncia de mi hija, es terrible lo mal que trabajaron”, apuntó.
“En su momento (el Juez de Instrucción) Césari, cuando se hizo público, me llamó y me explicó, y yo le expresé mi indignación por la prisión domiciliaria. Me respondió que no tenía antecedentes y le contesté si le parecía poco que quisiera ingresar a mi domicilio”, recordó.
Cuando la causa derivó en la fiscalía Ivana intentó hablar “siempre con ella (Urquiza), pero nunca me recibió y sí lo hizo su secretaria Mariel Zárate”, quien fue la “intermediaria”.
“Yo le propuse (a Zárate) que le vaya comentando a ella cómo va todo, qué va a pasar, cómo sigue el día a día tenía voluntad para hablar con nosotras y recibirnos. Ella ponía la cara”, definió Ivana.
“Aparentemente la fiscal no quiere hablar conmigo. El primer día del juicio me dijo que el juicio no iba a cambiar la vida de mi hija y me quedé sin palabras, no sabía qué responder ante eso. Mi hija la lucha y va a salir adelante con acompañamiento y tratamiento, y por supuesto que va a seguir y por eso luchamos todos los días. Como me dijo la psicóloga en una parte esto es sanador, que el tipo pague por lo que hizo”, finalizó.
