Existe consenso entre los economistas que la sequía afectó de manera considerable a crítica situación económica que enfrenta la Argentina y por esta razón, admiten a nivel oficial, es necesario readecuar los objetivos del programa.
El escenario para modificar aspectos del programa vigente con el FMI no es el mejor. “A la sequía hay que sumar un año electoral”, confiesan analistas internacionales, situación que torna más difícil la toma de decisiones en el Directorio del Fondo.
En declaraciones recientes, Kristalina Georgieva señaló que el organismo ha analizado las implicancias de la sequía y, que, por esta razón, se modificó la meta de acumulación de reservas” al tiempo que reconoció que “tenemos el compromiso del gobierno de continuar afinando las políticas a la luz de las condiciones en las que se encuentran”.
Aunque dejó una recomendación en el sentido de que el
éxito del programa “redunda en la implementación, y la implementación seguirá siendo lo importante incluso en estas circunstancias tan desafiantes”.
Es decir, lo que el FMI aspira es al cumplimiento de los nuevos objetivos que se establezcan. Por otra parte, ya es conocido que Argentina incumplirá las metas estipuladas para este trimestre.
Cabe señalar que se estima que la sequía tendría un impacto de 3 puntos en el PIB y el Tesoro perderá de recaudar el equivalente a 1% del PBI por menores retenciones.