Uno de cada tres jóvenes argentinos pobres no estudia ni trabaja

El informe Juventud, competencias y emprendimiento, que acaban de presentar la OCDE, CEPAL y el Banco de Desarrollo de América Latina, pone el foco en la integración social, política y económica

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Datos que preocupan a nivel social. En la Argentina el 35,6% de los jóvenes pobres son “nini”: 1 de cada 3 no estudian ni trabajan.

Según indica el diario Clarín, la falta de oportunidades en el país traza un mapa injusto que exhibe enormes desigualdades para los chicos y chicas de entre 15 y 29 años, dependiendo del hogar donde nacieron.

Los especialistas dicen que las sociedades jóvenes poseen un “bono demográfico”; pero los países que –como Argentina– transitan ese bono negándoles oportunidades a sus jóvenes, convierten ese bono en una tremenda hipoteca.

El informe Juventud, competencias y emprendimiento, que acaban de presentar la OCDE, CEPAL y el Banco de Desarrollo de América Latina, pone el foco en la integración social, política y económica de los jóvenes.

Allí se señala los pobres y los de clase media “vulnerable” son los más golpeados por la falta de oportunidades; sin embargo, en la Argentina 1 de cada 10 jóvenes de clase media (10,6%) también son ninis.

Según la medición de estos organismos, basada en datos del Banco Mundial, el 55,8% de los jóvenes argentinos son “vulnerables” o pobres (viven en hogares con un ingreso per cápita de hasta 10 dólares diarios). Y el 44% pertenece a la clase media.

Hasta los 15 años, la actividad de los jóvenes suele ser la misma en todas las clases sociales: la gran mayoría está en la escuela y se dedica solo a estudiar, tanto entre los pobres (89,5%) como entre los de clase media (96,5%). Pero luego los pobres caen en la informalidad o inactividad, mientras que los de clase media desarrollan estudios terciarios o se incorporan a trabajos formales.

Cinco años después, a los 20 años de edad, solo el 27,4% de los jóvenes pobres siguen estudiando (el 41,4 ya son ninis), mientras que en la clase media casi la mitad (47,5%) continúa sus estudios y el 13,7 son ninis.

Tal vez la desigualdad más contundente y más dañina sea la que se registra en el acceso a la educación. De los datos de la OCDE surge que, a los 25 años, solo 36% de los jóvenes en hogares pobres y el 55% de hogares vulnerables terminaron la escuela secundaria.

Apenas el 5,4% de los jóvenes pobres puede aspirar a conseguir un trabajo formal en la Argentina, contra el 26,2% de los jóvenes de clase media (una cifra que, sin ser demasiado alta, quintuplica a la de los pobres).

Para los jóvenes pobres, hay casi el triple de posibilidades de conseguir un trabajo informal antes que uno formal. Para los de clase media, en cambio, la tasa de empleo formal duplica a la informal (12,6%).

El informe propone varias recomendaciones para generar mayores oportunidades para los jóvenes. Entre otras cuestiones, defiende políticas públicas que permitan identificar y apoyar a los estudiantes que tienen más dificultades o están en riesgo de abandonar la escuela.

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