A mitad de 2017, mientras inauguraba una obra de la petrolera Total que había costado u$s 1.100 millones, comenzada como tal cuando era presidente Cristina Fernández de Kirchner (por lógica, las grandes inversiones llevan un tiempo de maduración), la gobernadora Rosana Bertone le entregó a Juan José Aranguren, entonces ministro de Energía que nada tuvo que ver con el impulso de esa inversión, una vistosa placa con el título de “ciudadano ilustre” de la provincia isleña, acompañada de su mejor sonrisa.
Además de ello, Bertone fue pródiga en elogios para con Aranguren: “Aunque políticamente venimos de lugares distintos, siempre nos ha escuchado”.
Hace apenas un año atrás de esa acontecimiento, el pueblo fueguino se movilizaba en contra del tarifazo de Aranguren y luego la por entonces gobernadora de Tierra del Fuego lo declara huésped de honor, lo que suponía una gran comodidad para Bertone en sus acuerdos con Macri, a tal punto que no lo disimulaba para nada tomando medidas en contra de los intereses de la provincia.
Una gestión cuyos logros fueron triplicar la pobreza, la desocupación, la pérdida de empleo en el sector privado, el cierre de fábricas, el ajuste salarial en el sector público, el congelamiento de jubilaciones, los sucesivos tarifazos autorizados por Bertone sumados al escandaloso endeudamiento en dólares son la combinación de un verdadero fracaso para Tierra del Fuego, cuya exclusiva responsable es Rosana Bertone y su gabinete y legisladores adictos que dejan una provincia en llamas.
Durante el 2019 cuando Bertone renunciaba a la gobernación luego de perder en primera vuelta por una diferencia histórica y escandalosa, se dieron a conocer los números de la desocupación en todo el país y Tierra del Fuego mostró un escandaloso crecimiento que triplico su dimensión en los últimos tres años de 6.8% en el 2016 al 17.9% en el 2018.
El silencio cómplice de la gestión Bertone ante el avance incesante del gobierno nacional sobre el trabajo fueguino en general y en particular sobre el sector industrial hizo posible concretar miles y miles de despidos, algunos de ellos encubiertos bajo la forma de retiro voluntario.
Por otro lado el desempleo creció sin pausa sobre todo en el sector privado que en diciembre de 2015 llegaba a 44900 empleos registrados y en el 2019 según datos oficiales del anses estaba cercano a los 35000 contando casi 10000 empleos perdidos en 3 años de gestión, lo que implicó una pérdida del 22% del empleo privado registrado en Tierra del Fuego lo que significa un verdadero escándalo sin precedentes en términos de caída del empleo y mientras tanto las máximas autoridades de la provincia constantemente minimizaban la situación industrial, laboral y el impacto económico en Tierra del Fuego.
Adicionalmente la caída de la actividad industrial alentada por la recesión y la apertura indiscriminada de importaciones que no encontró ningún reclamo sostenido en el tiempo precipito el aumento del desempleo y la pobreza en tierra del fuego.
Tierra del Fuego presentaba durante el mandato de Bertone una cifra creciente y muy alarmante de fueguinos que estaba por debajo de la línea de la pobreza que según datos del indec eran 35 mil ciudadanos de los cuales 6735 se los considera indigentes con lo cual no llegan a conseguir los elementos de la canasta básica de alimentos.
Cabe señalar también que, en tan solo en los últimos 6 meses de la gestión Bertone, la pobreza en Tierra del Fuego sufrió un importante aceleramiento del 10.4% paso al 17.9% implicando un aumento de 7 puntos porcentuales; una cifra más que preocupante y alarmante de la cual el gobierno provincial se negó rotundamente a hablar y hacerse responsable con todas las políticas implementadas desde el gobierno nacional Macrista de las cuales el gobierno provincial de Bertone fue como mínimo el garante o espectador pasivo para ser más amables.
Adicionalmente los registros oficiales indican que la pobreza se duplico en tierra del fuego en los últimos 2 años y paso del 9.7% al 17.9% lo que da un panorama claro y contundente del fracaso absoluto en materia de mejora en la calidad de vida de los fueguinos, algo que el gobierno en época electoral se empeñaba en tratar de instalar de manera hasta irrespetuosa para con los ciudadanos fueguinos.
Al finalizar su penoso mandato Bertone dejo el 70% de la capacidad industrial instalada en la provincia sin ningún tipo de actividad.
Más de 30 instalaciones industriales cerraron sus puertas y apenas 4 fábricas presentaban operaciones normales, las que quedaban en pie mantuvieron un régimen de suspensiones y despidos.
Por otro lado, el Ajuste a los salarios de empleados estatales sin posibilidad de paritarias justas permitió replicar el esquema del gobierno nacional que privilegiaba el resultado fiscal por sobre cualquier variable.
Prácticamente se trató de imponer como programa económico la utilización de una variable macro económica correctiva, como lo es la política del déficit cero. Pero que detrás de la misma no resguardaba los efectos colaterales y generaba un gran perjuicio a la industria nacional en general y la fueguina en particular.
No cabe lugar a dudas que el gobierno de Rosana Bertone fue el más alineado a políticas neoliberales y el peor de toda la historia fueguina.
