River controló a Tigres y sacó un buen empate para definir en casa

98

River controló a Tigres y sacó un buen empate para definir en casa

En Monterrey, terminaron 0-0 en la final de ida. El local contó con las jugadas más claras, pero el travesaño y Barovero salvaron a la visita, que perdió a Mercado para la revancha en el Monumental, el próximo miércoles.

Con la autoridad que supo mostrar en los partidos decisivos, River sacó un buen empate en México y definirá la Copa Libertadores en el Monumental. Fue 0-0, con una sólida actuación en defensa y con Marcelo Barovero muy firme en las jugadas clave. El próximo miércoles, ante su público, el equipo de Marcelo Gallardo irá por la gloria. 

En los últimos tiempos River acostumbró a sus hinchas a potenciarse en las grandes instancias. A sacar un plus cuando las ilusiones parecen extinguirse o cuando asoma un partido bisagra. Así superó los clásicos contra Boca. Así superó con más penas que gloria la primera fase y fue creciendo hasta llegar a estar gran final de la Copa Libertadores frente a Tigres.

Con autoridad, salió a plantarse en Monterrey en el juego de ida. No especuló y salió a jugar el partido lejos de Barovero. Así aguantó el primer cuarto de hora y hasta tuvo una chance de abrir el marcador con una pelota parada que no pudo definir Mercado, tras un par de rebotes.

El local, como en todo su andar exitoso por la Copa, salió a lastimar por los costados con Jurgen Damm, por derecha y Damián Alvarez (ex River) por izquierda. El francés Andre Gignac esperaba como faro y el uruguayo Egidio Arévalo Ríos llegaba por sorpresa. Por la derecha encontraron ventajas en el duelo con Vangioni. En un desborde, el centro de Arévalo Ríos rebotó en el defensor de River y dio en el travesaño. Enseguida repitieron la jugada y el envío de Damm cayó en el corazón del área, cabeceó Rafael Sóbis, solito y la pelota le cayó en las manos a Barovero.

A los 35, lo tuvo River. Maidana, de gran trabajo, anticipó en el fondo y extendió para Carlos Sánchez, que metió un gran pase para la corrida de Alario. El delantero intentó gambetear al Patón Guzmán y definir al gol pero el arquero ex Newell’s lo aguantó y se quedó con la pelota.

Para el segundo tiempo, Gallardo movió el banco. Salieron los uruguayos Viudez y Mora, con sendas molestias musculares e ingresaron Nicolás Bertolo y el Pity Martínez. Y reacomodó el frente de ataque con un 4-2-3-1. Quedó Lucas Alario como único punta definido y atrás flotaban de derecha a izquierda Carlos Sánchez, Pity y Bertolo. Más rezagados, Ponzio y Kranevitter, para la contención.

Tigres logró acorralarlo a River, pero le faltó claridad en los metros finales para lastimarlo. Los mexicanos triangulan bien en el medio, con Pizarro como eje. Pero Gignac fue neutralizado por un trabajo superlativo de Maidana-Funes Mori y los ataques del conjunto azteca se diluían en la entrada al área. El equipo argentino controló el trámite.

Y en los últimos 15 aguantó como pudo. Primero, Barovero voló contra su palo derecho y sacó el tremendo derechazo de Juninho. Y después, la más clarita, un mano a mano con Damm, que el mediocampista tardó en definir, intentó gambetearlo y el arquero lo terminó aguantando con mucha inteligencia.

Fue 0-0. Un empate positivo para River, que supo aguantar los tramos complicados ante un equipo que sabe conectarse y juega bien. Pero otra vez salió bien parado de una prueba muy brava. El miércoles, ante sus hinchas, irá por la gloria. Diecinueve años pasaron de aquella vez en la que Enzo Francescoli levantó la Copa Libertadores. Y ahora River está más cerca que nunca de conseguirlo.

Comentarios
Compartir