“Quema de tokens”: de qué se trata la medida deflacionaria de las criptomonedas

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¿Cómo es posible que las criptomonedas tengan deflación? Con la emisión permanente de nuevas criptomonedas en el mercado, gran parte de los proyectos del ecosistema tiene detrás un sistema para “quemar” grandes cantidades de dinero y que la inflación no se coma el valor de las monedas (historia conocida en la Argentina). Es el secreto que tienen detrás desde las stablecoins (criptomonedas estables, generalmente con paridad 1 a 1 con el dólar), pasando por el proyecto de renta básica universal de un argentino y hasta activos conocidos como el Ether (ETH).

La quema de criptomonedas consiste en sacarlas de circulación para siempre. En general, el método más común para hacerlo es mandar los tokens a una billetera virtual a la cual nadie tiene acceso. Así, los montos que se acumulen en esa billetera quedarán inamovibles y dejarán de formar parte de la oferta.

“El objetivo es reducir el circulante, es similar a lo que ocurre en la recompra de acciones por parte de una empresa, esto genera entusiasmo en los inversores, ya que da como resultado una apreciación del valor a largo plazo y genera deflación”, comparó Gonzalo Pereyra Saez, analista técnico de mercados financieros y creador de la Academia Sé Diferente.

Para Santiago Di Paolo, líder de comunidad en Lemon Cash, la quema puede estar motivada por distintas razones. Sin embargo, la más habitual es con fines deflacionarios: al reducirse la oferta, el precio del token se impulsa hacia el alza. “Que el valor termine subiendo o no depende de los movimientos de la demanda, de nada sirve quemar tokens de una criptomoneda cuya demanda cae estrepitosamente”, agregó.

Días atrás, el creador de Ethereum, Vitálik Buterin, validó el proyecto por una renta básica universal de criptomonedas del argentino Santiago Siri a través de la compra y posterior “quema” de unos US$200.000 en UBI (Universal Basic Income). Por eso, el valor de la moneda digital -que se le entrega por derecho a cada ser humano registrado, durante cada hora de su vida- pasó a valer 10 veces más.

“A diferencia de la moneda fiduciaria, que es de naturaleza inflacionaria, el mecanismo de quema de tokens es deflacionario. La razón de esto es que la cantidad total de dinero fiduciario en circulación sigue aumentando con el tiempo (a través del instrumento de deuda y la impresión de dinero por parte de los bancos centrales). Pero la cantidad total de criptomonedas en circulación (para la mayoría de las monedas) tiene un límite superior”, explicó Lis Altamirano, integrante de la comisión directiva de ONG Bitcoin Argentina.

Un ejemplo: en el caso de Bitcoin, el objetivo es de 21 millones de monedas. Su número es finito. Entonces, mientras que el dinero fiduciario pierde valor en el tiempo a causa de la inflación, el dinero criptográfico lo acumula porque, eventualmente, la minería no podrá “desenterrar” nuevas unidades.

Uno de los casos más conocidos dentro del ecosistema crypto es el del Binance Coin (BNB, por sus siglas), de la billetera digital que lleva el mismo nombre. Cada trimestre lleva a cabo una quema de tokens, la última de ellas fue en julio pasado. En 2017, emitieron 200 millones de BNB para desarrollar la exchange. Hoy, el sistema está programado para destruir el 50% de ese total, unos 100 millones de BNB.

Otras de las razones por las cuales se queman tokens es para mantener el precio fijo de las monedas estables (como USDT o DAI), criptomonedas que están atadas a otro valor, como el dólar estadounidense. En caso de que la cotización de la moneda se aleje del tipo de cambio (por ejemplo, que baje a unos US$0,97), al quemar tokens su precio vuelve a subir para tener paridad con el dólar.

“El proceso contrario ocurre cuando el precio de la moneda estable toma valores positivos, digamos unos US$1,03, entonces se pueden ‘mintear’ (término que se usa para crear circulante de monedas) nuevos tokens para ampliar la oferta y llevarlo nuevamente al valor de 1 dólar por criptomoneda”, comparó Di Paolo.

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