Por qué es importante limpiar las brochas de maquillaje y cómo desinfectarlas correctamente

Las herramientas que usas para embellecerte guardan gérmenes y bacterias que pueden transmitir desde acné a alergias y otras patologías de la piel, por eso deben estar bien cuidadas.

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Para colocar la base, para perfilar, contornear, destacar e iluminar. La colección de pinceles y brochas de distintos tamaños, calidades y estilos que podemos llegar a tener en nuestras cajas de maquillaje se agranda a medida que salen nuevas herramientas. Si te gusta maquillarte seguro tenés unas cuantas.

Ahora bien: ¿estás segura de que las limpiás correctamente y con la frecuencia adecuada?

En general no nos preocupamos demasiado por mantener estos instrumentos impecables, y sin embargo, es muy necesario. En sus cerdas se acumula suciedad y bacterias que podrían provocar desde alergias a infecciones, además de restarle eficacia al usarlos para colocar nuestros productos de make up sobre la piel.

En esto coinciden los dermatólogos y los maquilladores: es necesario limpiar, desinfectar y ordenar los pinceles y esponjas periódicamente para evitar la acumulación de bacterias. La maquilladora y experta en cuidado de la piel María Grebol nos brinda sus mejores consejos para conservar por más tiempo en las mejores condiciones nuestro set de pinceles.

¿Cada cuánto tenemos que limpiarlos?

Según el tipo de artículo y la frecuencia de uso y si solamente los utilizás para vos, este sería un buen esquema:

– Brochas para aplicar la base. Después de cada uso o por lo menos una vez por semana.

– Pinceles para sombra de ojos. Cada quince días.

– Cepillos para rubor y resaltadoras. Se pueden lavar una vez al mes.

desinfección de brochas con alcohol:

lavarlas bien con agua y jabón y dejarlas secar.

una vez limpias pone alcohol en un frasco y sumergilas.

cuando se sequen ya están limpias y sanitizadas, listas para volver a usar.

Qué usar para limpiar

El método más sencillo y eficaz para lavar tus herramientas requiere solo agua y un jabón suave de tipo cremoso hidratante. Es mejor evitar los shampúes fuertes y detergentes porque pueden secar las cerdas del cepillo. También existen productos específicos.

En primer lugar, mojá las cerdas con agua tibia. Poné unas gotas de limpiador de brochas o un poco de jabón en la palma de tu mano. Masajeá suavemente las puntas de las cerdas sobre tu palma. Si preferís evitar usar tu mano, también podés hacerlo dentro de un vaso.

Enjuagá el pincel bajo el chorro de agua o en un bol lleno hasta que quede perfectamente libre de producto, que esté desengrasado y ya no tenga restos de polvo o base. Si se desprenden las cerdas significa que es de mala calidad y tal vez debas reemplazarlo por uno nuevo.

Los de buena calidad, si son tratados con suavidad no deben romperse ni perder pelo. Escurrilos con una toalla limpia.

Para que se sequen colocalos de modo que reciba aire sin estar en contacto con una toalla, ni otros productos, tampoco los guardes en el portacosméticos ni dentro de un cajón mientras tenga humedad, para evitar la proliferación de moho. Es mejor dejarlos en posición horizontal sobre alguna repisa apoyando el mango sobre la misma y dejando la brocha sobresalir del estante. Si se seca verticalmente se corre el riesgo de que se filtre agua en la férula, que se afloje el pegamento y se empiecen a perder cerdas.

Un consejo profesional:

María Grebol nos pasa un truco que ella suele usar al maquillar a varias clientas, para cuidar sus herramientas de trabajo: “Si estás apurada y necesitás tener tus pinceles limpios en el momento (por ejemplo tenés un solo pincel de ojos y vas a usar distintos colores de sombras, o vas a maquillarte vos y después se lo prestás a una amiga) tené siempre con vos un frasquito de bencina, ese combustible para encendedores que se vende en los kioscos. Echás dos gotas de bencina sobre un algodón, una gasa o un papel tissue y limpiás con eso el pincel. En un minuto lo tenés listo y seco para volver a usar, sin un solo rastro de suciedad”. ¿Lo conocías?

Qué usar para desinfectar

Puede pasar que tus elementos estén perfectamente limpios pero -sobre todo si los compartís con otras personas- te conviene, además, sanitizarlos regularmente para asegurarte de eliminar las bacterias y gérmenes y evitar posibles contagios.

Para desinfectarlos simplemente echá un poco de alcohol isopropílico en un frasco pequeño, sumergí la punta del pincel y hacelo girar durante unos segundos. Sacalo, secalo y dejalo secar al aire libre, para que el alcohol se evapore. Esperá a que estén bien secos para usarlos.

fuente: TN

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