Peligra el empleo en la industria automotriz: el 75% de las firmas prevé despidos antes de fin de año.
Según un informe privado, tres de cada cuatro empresas del sector recortará sus plantillas de personal. Preocupación en Smata y la UOM por la estabilidad laboral.
La crisis que atraviesa la industria automotriz, producto de la caída de la demanda de Brasil y la falta de dólares que denuncian las terminales para pagar importaciones y girar dividendos al exterior, golpea fuerte sobre la estabilidad del empleo en el sector y amenaza profundizar sus efectos en el último trimestre del año, escenario de la gran definición electoral. Los gremios de mecánicos de Smata y la UOM, que representan a los operarios de la actividad, ya se declararon en alerta por la situación y no es para menos: a la multiplicación de suspensiones y otras políticas de ajuste laboral que dispusieron terminales y autopartistas en las últimas semanas, ayer se sumaron los advertencias de un informe privado que anticipó que el 75% de las empresas del sector prevé reducir sus plantillas de personal en lo que resta de 2015.
De acuerdo con el relevamiento trimestral de expectativas de empleo de la consultora Manpower, mientras que a nivel general los planes de contratación de los empleadores con vistas al cuarto trimestre se mantienen estable, en el sector industrial volvieron a debilitarse respecto al período julio-septiembre (-4%), escenario que se explica por la fuerte caída en la intenciones de contratación del subsector automotriz. «Las expectativas de empleo son claramente negativas en las terminales y otras empresas del sector. El 75% de la muestra piensa reducir sus plantillas y eso tira muy para abajo a toda la industria», señaló a El Cronista el director general de Manpower Argentina, Alfredo Fagalde.
Las conclusiones del relevamiento son coincidentes con el pésimo pronóstico que comparten en los gremios de la actividad. Ricardo Pignanelli, titular de Smata, describió como «muy pesado» el panorama en las principales terminales y se mostró particularmente preocupado por la estabilidad de los operarios mecánicos durante el último trimestre del año en el cuál, según afirmó, «se prevé una fuerte reducción» de la producción. «Aún no hay despidos pero estamos en estado de alerta, muy preocupados, porque hay una reducción de los días laborables que no está resuelta», advirtió el sindicalista.
La inquietud del Smata se profundizó en las últimas semanas a la par de la multiplicación de medidas de ajuste laboral dispuesta por diversas terminales. Mientras que Fiat extendió para septiembre su programa de suspensiones (alcanza a 1000 operarios) y mantiene el plan de retiros voluntarios con el que pretende reducir el 10% de su plantilla, General Motors resolvió paralizar la producción de su planta de Rosario durante 6 días de este mes y avanzar a la par con un programa de retiros que involucran a 240 trabajadores.
A su vez, VW paralizó durante 4 días de agosto su producción, esquema que podría repetirse este mes, en tanto que Ford anunció que continuará hasta fin de año con su plan de 170 suspensiones rotativas en su planta de la localidad bonaerense de Pacheco.
La contracción de la actividad en las terminales trasladó sus efectos al sector autopartista, donde también se prevén dificultades sobre el nivel de empleo. «Las autopartistas de la provincia hoy tienen un 50% de su capacidad ociosa», precisó la titular de la Cámara de Industriales Metalúrgicos de Córdoba, Isabel Martínez, quien se mostró preocupada por la situación del sector en el corto plazo.
Para el secretario general de la UOM Córdoba, Rubén Urbano, el panorama es «muy complicado» porque, según estimó, «de seguir así, en el sector autopartista tendremos entre 5 y 6 mil operarios afectados antes de fin de año». El gremialista alertó que en los últimos meses «se ampliaron las suspensiones y los despidos encubiertos porque con las plantas casi paradas sobra gente por todos lados».
Entre los gremios del sector alertan que el escenario electoral «acentúa» las dificultades y hasta deslizan acusaciones sobre supuestas maniobras para generar «malestar» previo a los comicios y «condicionar» al futuro presidente.