Parado, sentado o acostado: cuál es la mejor posición para comer

Una genera reflujos gástricos que podrían volverse crónicos. Hay una posición para quemar más calorías, pero tiene su contra. Enterate en esta nota.

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La medicina avanzó a un punto tal que todos sabemos qué comidas son las mejores para cada momento del año, cuánta agua tenemos que tomar en verano y con qué frecuencia. Sin embargo, poco se habla acerca de los beneficios y las desventajas de la posición física que elegimos para comer.

En tanto el planeta Tierra siga regido por la ley de gravedad, solo podremos elegir entre tres posturas: comer acostados, de pie o sentados. Todas tienen pros y contras, y en el equilibrio con el resto de nuestras actividades está la clave.

Acostados:

Muchos llegan cansados del trabajo y eligen acostarse a ver una serie y comer en posición horizontal. El beneficio que ofrece, sin dudas, es la comodidad y la relajación extrema: se mastica más lento, el bolo alimenticio se forma mejor en la boca y los nutrientes son mejor absorbidos por nuestro cuerpo. Todo el resto del proceso digestivo, en esta postura, es un problema.

Los expertos japoneses afirman que comer recostados, incluso, es bueno para nuestra salud porque evita cambios bruscos en nuestros niveles de insulina. En verdad, señalan que comer relajados es mejor para la salud pero advierten que comer en posición romana con mucha frecuencia genera reflujos gastroesofágicos.

Esta dolencia provoca que la comida salga del estómago y ascienda hacia el esófago a través del esfinge cardíaco o el esofágico. Esto no solo genera pequeñas quemaduras por el ácido estomacal, a la larga puede contribuir a desarrollar patologías en el esófago, incluso un cáncer. Está bien comer relajados, pero acostados siempre no es la mejor opción.

Sentados:

No existe otra posición para una cena con la familia que no sea sentados. Es, quizás, la posición más común para todo el mundo y trae unos cuantos beneficios: favorece la digestión lenta, mejora el bolo alimenticio y reduce nuestro consumo de calorías.

Pero, distinto a lo que se piensa, tiene varias contras: la primera suele ser el hábito de hacer otra actividad mientras se come. Esto pone en tensión los órganos que necesitamos que trabajen en el sistema digestivo y genera problemas de distinto tipo, desde acidez y reflujos hasta mala absorción de nutrientes.

Todo se torna peor, todavía, si tenemos una rutina muy sedentaria. Estudios de Harvard señalan que permanecer mucho tiempo sentado, por ejemplo si estamos en un aula a la mañana en una oficina a la tarde y nos quedamos viendo TV en el sillón a la noche, contribuye a elevar las probabilidades de diabetes y enfermedades cardíacas. Por lo que, una vez más, los expertos le recomiendan hacer buena actividad física a aquellos que siempre comen sentados.

Al paso:

Muchas veces estamos apurados y pasamos por algún local de comidas rápidas a picar una hamburguesa o una pizza. No advertimos que comer parados es un arma de doble filo.

Un estudio británico asegura que comer parado quema unas 50 calorías más que en una silla, algo que sería beneficioso. Pero, al mismo tiempo, informa que comer de pie acelera todos los procesos digestivos, genera la sensación de comer menos y nos pone en situación de comer más. Por eso, comer de pie rompe con el equilibrio necesario para llevar una alimentación ordenada.

 

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