de Pablo: “Aún no parece haber condiciones para que haya un boom de inversiones en el país””

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Juan Carlos de Pablo, economista y consultor, se sienta de lunes a viernes a la mesa del programa Animales sueltos, de Alejandro Fantino, para analizar la dinámica realidad política y económica de la Argentina. Esta semana conversó con 3Días.

¿Se terminó el problema de la inflación como vaticinó Prat Gay?

– Que los futuros historiadores opinen; todavía es demasiado temprano para decir. Que cada uno diga lo que le parece.

¿Qué pasa con el blanqueo? ¿Por qué no arranca?

– No hay ningún incentivo para presentarse antes de la fecha vencimiento. Las fechas son: 30 de septiembre, 31 de diciembre y 31 de marzo del año que viene. El último día sabremos. Es prematuro.

¿Cuál sería la cifra del éxito?

– No tengo la menor idea. Hablá con el Gobierno.

¿Pecó de optimista Macri al hablar de un despegue económico en el segundo semestre?

– No le presto atención a ningún pronóstico, ni público ni privado. En todos los países del mundo los presidentes dicen que las cosas van a mejorar.

También evalúan si es conveniente o no salir a dar “buenas noticias” anticipadamente…

– Cada presidente tiene un estilo de gobierno y no lo va a cambiar, no importa lo que le pase.

El Gobierno hizo los deberes: cerro con los holdouts, salió del cepo, bajaron las retenciones al agro… ¿Por qué las inversiones no terminan de desembarcar en el país?

– Porque no tiene que ver con esas cosas.

¿Y con qué tiene que ver?

– El acto de inversión es el acto instrumental, tiene que ver con las expectativas de hacer negocios. El grueso de las inversiones las hacen los argentinos, no los extranjeros. Esta semana tuvimos el mini Davos, pero el grueso lo van a hacer acá en base a lo que crean que va a ocurrir. No parece haber condiciones, un boom, que te lleve a decir “ya mismo salgo a comprar máquinas o lo que sea”.

Se supone que los inversores miran si hay un marco estable de reglas de juego…

– Esto es Argentina, no pidamos demasiado. A cualquier argentino o extranjero le decimos: “¿Querés hacer negocio en la Argentina? Sabé que te van a pasar 2000 cosas desde que te instalés hasta que terminés de operar esa inversión”.

Pero es clave que el Gobierno demuestre que no va a salir a romper contratos de un día para el otro…

– ¿Vos me estás preguntando si hay alguna duda en la Argentina de que Macri va a incautar una fábrica que vas a instalar la semana que viene? Obviamente, no. Igual, para llevar el acto de inversión, eso es lo mínimo; hay 3000 razones por las cuales estamos llenos de incertidumbre, lo cual no quiere decir que no se hagan negocios. Los argentinos estamos acostumbrados a hacer negocios de esa manera.

¿El dólar está atrasado?

– Oferta y demanda. Lo que está claro es que lo que está presionando a corto plazo el dólar son las entradas de capitales para financiar déficit público.

¿Complica la toma de decisiones de política económica que Macri haya descentralizado su gabinete económico?

– Cada presidente organiza el Gabinete como le parece y por ahora parece que está muy conforme con esto. Además hay un estilo de gobierno, que deja hablar … otro gobierno tiene un solo ministro que habla, etc. Los estilos no se cambian y nos tenemos que acostumbrar. Ahora, probablemente algunos de los llamados errores no sean errores, sea un modus operandi y consiguientemente quiere decir que vamos a seguir viendo “errores”.

Las decisiones en definitiva las toma el Presidente…

– Obviamente. Cuando vos tenés seis encargados con nivel ministerial del equipo económico, dos coordinadores, un jefe de Gabinete y el Presidente, el ministro de Economía es el Presidente.

Lavagna dijo la semana pasada que el Gobierno debe volver a poner en el centro de la escena a la tríada salario-empleo-consumo, que la inversión sola no alcanza. ¿Qué piensa?

– Entendamos lo siguiente: el fin es el consumo y el consumo tiene que ser viable a través de actos de inversión, esta es la realidad. Si yo pongo un precio máximo de los autos de alta gama a un peso, todo el mundo va a poder comprarlos y nadie los va a fabricar y vamos para el otro lado. Claramente, el fin es el consumo pero tiene que haber capacidad de producción hecha por alguien… El acto de inversión tiene que tener sentido para el que lo hace.

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