México avanza en energías renovables: Redes inteligentes, ‘blockchain’ y baterías para decir adiós al carbón

Las energías renovables cada vez son más competitivas frente a otras fuentes menos respetuosas con el medio ambiente. Pero para aprovecharse de ellas es necesario rediseñar el modelo energético con tecnología

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“El gran reto de México es continuar avanzado en la transformación del sector energético”, sentencia el presidente de Schneider Electric México y Centroamérica, Enrique González Haas. El responsable detalla: “La Reforma logró los primeros pasos de la transformación energética de México, sin embargo, la falta de continuidad podría poner en desventaja al país ya que los nuevos modelos de mercados energéticos en el mundo demandan un mayor uso de energías renovables. México no debe perder de vista el objetivo de lograr un sector eléctrico totalmente diversificado, limpio y económicamente viable, mediante un mercado competitivo que sea impulsado por el uso de las energías renovables”.

El de González Haas es un noble objetivo, pero también un gran reto. Durante muchos años, la única manera de hacer competitivas a las energías renovables era mediante subvenciones públicas o ayudas. Sin embargo, hoy en día las energías renovables empiezan a ser más rentables que el carbón. Según un estudio del Carbon Tracker Initiative, calculando el coste total del megavatio-hora de las distintas fuentes energéticas a lo largo de toda su vida útil, las energías renovables como solar, eólica y geotérmica, ya son más baratas que el gas y el carbón.

Así lo confirma el artículo publicado en MIT Technology Review en español titulado Las energías renovables están a punto de volverse más baratas que el carbón. Según el texto, aunque la inversión de precios se producirá en 2040 a nivel mundial, en Occidente, la supremacía económica de las renovables ya es una realidad. Gracias a ella, la inversión en estas tecnologías va a ir aumentado poco a poco. Un informe de Bloomberg New Energy Finance predice que el 72% de los 9.000 millones de euros que se espera que se inviertan en la generación de electricidad entre ahora y 2040 irán destinados a energías renovables.

Dado que el consumo de energía va a seguir creciendo, el cambio de modelo es una necesidad estratégica. Por eso, cada vez más países están implementando acciones y políticas para aumentar la sostenibilidad y la eficiencia de sus sistemas energéticos. Y México es uno de ellos.

“Todo parece estar alineado para que México produzca la mayoría de su electricidad con fuentes renovables”, opina el CEO de Proyecto Terra e Innovador Menor de 35 Latinoamérica 2017 de MIT Technology Review en español, Jaime Martínez. Este joven premiado internacionalmente por su innovador sistema de financiación, propiedad y gestión de paneles solares que está impulsando esta fuente de energía en México. Para Martínez, “la muy vieja e ineficiente infraestructura de generación fósil y los costos de electricidad altos”, son las claves que obligan a México a replantear su sistema. En su opinión, el país tiene “una red eléctrica que necesita mejorarse independiente del tipo de generación, un gran recurso renovable, costos cada vez más bajos de generación renovable y el hecho de que estamos a cinco años de que las baterías donde podamos almacenar electricidad proveniente de fuentes renovables sean económicamente viables”.

El director de desarrollo de negocio de Schneider Electric México, Horacio Soriano, está convencido de que sí es posible pensar en un futuro sin carbón. Pero la descarbonización económica implica un sistema de energía integrado, que ofrezca seguridad en el suministro, optimice la economía y sea sostenible con el medio ambiente. Para lograrlo, Soriano explica su hoja de ruta: “Las empresas deben hacer una auditoría de cómo se están dando los consumos de energía en las edificaciones y fábricas, que les permita identificar las áreas de oportunidad de ahorro en consumos de energía, medir la huella de carbono y planificar la reducción en dicha huella con los datos de consumo en la mano”. El experto considera que “a partir de ahí es posible proponer objetivos de reducción de CO2 así como calcular las inversiones necesarias y retornos de inversión”. Y resume: “Las edificaciones industriales y residenciales se pueden certificar como neutras en carbono mediante el uso de sistemas de eficiencia energética, producción de energía renovables, micro redes eléctricas y control de la demanda”.

La red eléctrica inteligente
Otro de los puntos claves para la descarbonización se centra en la gestión de la generación y transmisión de energía. Un tema en el que el concepto de red eléctrica inteligente se alza como claro protagonista. Frente a los sistemas convencionales, estas redes incorporan la tecnología del trabajo en red, sensores y controles que hacen posible el seguimiento del uso eléctrico en tiempo real y que, a su vez, permite ajustar la producción a la demanda para reducir el malgasto de energía. El uso de una red eléctrica más inteligente podría cambiar de forma fundamental el modo en que se administra y paga el uso de electricidad ya que mejorando la fiabilidad y la eficiencia se reducirán la demanda y los costes.

Con la incorporación de cada vez más energías renovables, la red inteligente permitirá mantener la estabilidad en la distribución. El hecho de contar con sensores locales proporciona a la red información valiosa acerca de cuánta energía viene de paneles solares, así como cuál es la previsión del tiempo y cuánto refuerzo necesitan disponible en caso de que el Sol deje de brillar y el viento no sople.

Pero la red eléctrica inteligente tiene aún más ases bajo la manga. Uno de ellos es la capacidad de determinar de qué fuente procede la electricidad que se está consumiendo. Y esta realidad sería posible gracias a una tecnología emergente como la cadena de bloques, tal y como describe otro artículo en MIT Technology Review en español, titulado: ‘Blockchain’ podría evitar las ineficiencias y absurdeces que plagan la red de energía.

En el texto, el experto en energía del Instituto de las Montañas Rocosas (EE. UU.) Jesse Morris describe una cadena de bloques propia diseñada para el sector energético. Con este proyecto, se pretende llevar un seguimiento de los certificados de energías renovables con total transparencia y fiabilidad. Además, a largo plazo, este proyecto podría permitir que hogares y edificios estuvieran equipados con un software capaz de comprar y vender energía directamente desde la red y a precio de mercado.

El resumen es una suma de tecnologías que da como resultado un sistema energético más eficiente, sostenible y económico. Y con él, una nueva clase de consumidor de energía, aquél que también la genera y vende la que le sobra a la red. Gobiernos, ciudadanos y el propio planeta se beneficiarían de este cambio de modelo. Ahora solo falta ponerse manos a la obra para sacar el máximo beneficio de aquello que la naturaleza nos regala: la luz del Sol, el viento, las olas y el calor de la Tierra.

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