Médicos argentinos crearon máscaras 3D para quemaduras faciales

Fija el injerto y ayuda a prevenir una cicatrización no deseada. Fue utilizada por primera vez en un hombre de 38 años.

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Los cirujanos saben que el rostro es una geografía complicada para trabajar en caso de quemaduras profundas. La convexidad de la nariz, la concavidad de las mejillas y de las órbitas oculares, sumado a que el paciente tiene que poder respirar, ver y alimentarse hacen que el vendaje -que puede hacerse en otras partes del cuerpo- no sea una opción. Con el objetivo de mejorar los métodos tradicionales, cirujanos plásticos del Hospital Italiano realizaron un procedimiento inédito en el que desarrollaron una máscara personalizada con escaneo e impresión 3D para facilitar la fijación del injerto y lograr una buena remodelación de las cicatrices.

“Cuando uno se quema y se destruye toda la piel, hay que poner piel nueva. Esa piel nueva, si no está bien fija, no prende. Si tenés una quemadura en el muslo, el muslo es una estructura cilíndrica, hacés el injerto y con una venda de gasa lo apretás fuerte, le sumás una venda elástica y eso prende.

El médico dice que con los procedimientos tradicionales “hay hacer maravillas para poder fijar los injertos” que, en una primera etapa, se basan en comprimirlos a través del uso de algodones, gasas, apósitos e hilos, algo que no siempre culmina con resultados exitosos, sobre todo en caso de quemaduras extensas. En una segunda etapa, aproximadamente un mes y medio después, cuando las heridas ya están cicatrizadas, se cubre la cara del paciente con yeso para tomar un molde con el que luego se realiza una máscara de policarbonato que continúa aplicando presión sobre los tejidos.

A fines del año pasado, Mayer y Hernán Aguilar, médico del servicio de Cirugía Plástica y Coordinador Quirúrgico del Área de Quemados de la Unidad de Terapia Intensiva de Adultos se apartaron de esos métodos que se vienen utilizando hace casi 40 años. “Lo fabuloso que tiene el escaneo es que se le puede hacer al paciente ni bien se quemó”, dice Mayer. El paciente era un hombre de 38 años que había sufrido quemaduras en el 40% de su cuerpo a raíz de la explosión de su auto.

“Con un software que se usa para simular resultados en cirugía estética, escaneamos la cara del quemado. El escaneo logra una imagen tridimensional perfecta de la cara. Con una impresora 3D se imprime la máscara que calza perfectamente en el rostro, lo que permite asegurar el injerto en su lugar y que prenda en su totalidad, como pasó”, explica Mayer. El material utilizado es polímero 100% biodegradable, se puede esterilizar sin inconvenientes y es sumamente económico (cuesta 500 pesos el rollo).

El paciente debe usar la máscara la mayor parte del día -se la quita sólo para bañarse- durante un año, lo que permite continuar modelando las cicatrices, mejorando su color, textura y volumen. A casi un año del procedimiento, los resultados son exitosos: se obtuvo una cicatrización óptima del rostro con un color de piel aceptable y se evitaron las secuelas funcionales y estéticas.

La máscara -que fue impresa por la empresa argentina MIRAI 3D- tiene una doble funcionalidad: fija el injerto en la etapa aguda, mientras que en la etapa crónica se la reviste con silicona y mantiene la presión para prevenir una cicatrización no deseada (hipertrófica), sostiene Mayer, quien ya utilizaba impresión 3D en reconstrucción mamaria, mientras que Aguilar tenía experiencia en la realización de máscaras de policarbonato para el tratamiento de las cicatrices hipertróficas.

Según un comunicado del Hospital Italiano, se trata de un procedimiento único en el mundo. El procedimiento recibió el primer premio como mejor trabajo en el XVIII Congreso Argentino de Quemaduras 2019 y fue aceptado para publicar en el Journal of BurnCare&Research, de la Sociedad Americana de Quemaduras, una de las revistas más prestigiosas del mundo dedicada exclusivamente al tratamiento e investigación de pacientes con quemaduras.

fuente: clarín

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