A dos días del inicio del cambio de Gobierno, el saliente Presidente, Mauricio Macri, y el mandatario electo, Alberto Fernández, coincidieron en una misa “por la unidad y la paz” que llevó a cabo la Iglesia católica en la Basílica de Luján en el marco del Día de la Inmaculada Concepción de María.
En este marco, el arzobispo de Mercedes- Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, pidió “no caer en la tentación de querer destruir al otro”, al pronunciar su homilía en la Basílica de Luján frente a ambos políticos.
“Debemos hacer todo lo posible y resistir por no caer en la tentación de querer destruir al otro”, manifestó Scheinig en el marco del Día de la Inmaculada Concepción de María.
Macri y Fernández estuvieron juntos en la celebración del día de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen acompañados por sus respectivas esposas, Juliana Awada y Fabiola Yañez, y los miebros de sus gabinetes. También dijeron presente distintos dirigentes del ámbito social y gremial.
Scheinig pidió “volver a dialogar” y construir políticas que “trasciendan los gobiernos”, al pronunciar su homilía en la Basílica de Luján, en el marco del Día de la Inmaculada Concepción de María.
“Estamos agotados de tantos desencuentros y peleas. No se trata de una unidad homogénea o hegemónica, sino de una unidad necesaria para construir el país deseado y salir del laberinto en el que nos encontramos”, manifestó Scheinig.
En ese marco, consideró que “necesitamos promover una cultura del encuentro” y “volver a dialogar todas las veces que sea necesario”.
En ese sentido, recordó la invitación del papa Francisco a “vivir en una unidad que integra armónicamente las diferencias” y destacó la necesidad de “promover una cultura del encuentro”, de “escucharnos” y “volver a dialogar” y dijo que “mucho” ayudaría “un pacto social” y “políticas de Estado que perduren”, más allá de los gobiernos.
Recordó también que el papa Francisco es el primer Papa de América Latina, y es argentino, lo que generó aplausos de parte de quienes participaron de la misa afuera de la basílica de Luján.
Monseñor Scheinig pidió que crezca en los corazones de los argentinos “un sentimiento de unión” que “dé un sentido fuerte y místico de pertenencia” y que contribuya a vivir una “mística del nosotros”.