Las mejores estrategias para dejar de fumar.

Tomar la decisión es el paso más importante. Pero dejar el cigarrillo es un proceso que no es fácil de transitar sin ayuda. Consejos e ideas buenas para poder llegar a destino.

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Dejar de fumar puede ser un deseo, un propósito o una necesidad. Sea cual fuere el impulso para tomar la decisión de dejar el cigarrillo y enfrentarse a la dependencia, las dudas y la incertidumbre aparecen. Para iniciar la lucha contra ese hábito nocivo, es bueno informarse de algunas estrategias para vencer la ansiedad y el impulso de fumar, poniendo la atención en otro lado.

«La mejor manera de dejar de fumar es buscando la ayuda de un médico o un especialista en el tratamiento del tabaco, que suelen trabajar usando premisas de la terapia conductual, además de ofrecerle tratamientos médicos autorizados que posiblemente le ayuden a dejar de fumar para siempre», señala el Dr. J. Taylor Hays, Centro para Dependencia a la Nicotina de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

La terapia conductual para dejar de fumar puede abarcar una amplia variedad de actividades de la vida cotidiana y generalmente implica reemplazar comportamientos viejos por nuevas rutinas no vinculadas con el hábito de fumar. Algunos cambios de conducta que colaboran son:

* Evitar los lugares o las actividades donde se fumaba.

* Ir a lugares donde no se permite fumar.

* Esforzarse todo lo posible para pasar tiempo con personas que no fuman o que también desean dejar de fumar.

* Realizar actividad física.

* Buscar actividades que nos produzcan placer, para liberar dopamina, que es lo que da el fumar: bailar, tejer, manualidades, etc.

* Hacer meditación, yoga.

* Comer chicle, dieta neutra sin azúcar y sin harina para no excitar el cerebro.

* Beber mucho líquido.

Una de las claves parecería estar en encontrar placer en actividades que no estén vinculadas al cigarrillo y sí con el esparcimiento y el bienestar. «Es muy recomendable redactar un listado de diez actividades que nos produzcan placer, excluyendo el tabaco, la comida o las bebidas, ya que todas ellas conducen al mismo tipo de estímulo cerebral adictivo», aporta la doctora Patricia Rubinstein, Profesional del Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna.

Apartar la mente del deseo de fumar, pero sin comer demás, adaptándonos a una alimentación neutra, que no estimule nuestras papilas gustativas ni nuestro centro de recompensa y placer es la mejor manera de evitar el temido aumento de peso que suele asociarse a dejar de fumar.

«Un buen baño de inmersión con sales, la lectura de un libro que nos atrape, la conversación con amigos, una buena película, un recital, una obra de teatro, cantar, bailar, hacer trabajos manuales como dibujar, pintar, tejer, practicar jardinería, que nos mantienen las manos ocupadas en reemplazo de nuestro antiguo acompañante, el cigarrillo. En fin, cualquier actividad que resulte muy gratificante y placentera pero que no implique daño», enumera Rubinstein. Una buena cantidad de ideas para animarse a decirle chau al cigarrillo.

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