El fuego se desató el 1 de enero y se aproxima a la península Valdés.
En tan solo tres días las llamas arrasaron con 77.695 hectáreas, entre focos activos y zona lastimada por el humo y la ceniza. Para colmo el clima no ayuda, los vientos fuertes y la baja humedad incitan al fuego a seguir avanzando. Hace 20 años que los bomberos más experimentados de la zona no ven un incendio forestal de esta magnitud.
Las lenguas de hasta 15 metros de alto cruzaron la Ruta Nacional 3 y se aproximan a el Istmo Carlos Ameghino, la franja de tierra de seis kilómetros de ancho que une la península Valdés con la masa continental del Chubut.
Si el fuego cruza a la península la principal amenaza está sobre Puerto Pirámides, epicentro del turismo de la zona y donde viven unas 800 personas. Allí se encuentran sin energía eléctrica y sin agua.
No hubo tormentas eléctricas que pudieran haber sido el chispazo original que desató el desastre. Los brigadistas no consideran probable que haya sido producto de quemas porque es una época de vientos y mucho calor. Desde Defensa Civil y Bomberos consideran que hubo factor humano.
