Lapidario informe del CIPPEC: “A fin del 2018 la economía argentina habrá perdido otra década”

El Director de Desarrollo Económico de la organización, Martín Rapetti, analizó la nueva estrategia del gobierno de Cambiemos tras el acuerdo con el FMI

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En 2018, la economía argentina habrá concluido otra década pérdida”, opinó el Director de Desarrollo Económico del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), Martín Rapetti.

El economista de la UBA remarcó que el PIB per cápita del país a fines de este año será muy similar al que tenía antes de que se iniciara la crisis financiera internacional en septiembre de 2008.

“La contracción económica en curso se disparó a partir del ‘frenazo’ del ingreso de capitales en mayo de este año. Si bien este respondió principalmente a factores externos, se manifestó con particular intensidad en países con mayor necesidad de financiamiento externo como el nuestro. La suba de tasas de interés en los Estados Unidos —desde niveles históricamente muy bajos— precipitó un cambio en las carteras de los inversores internacionales en detrimento de los activos de países en desarrollo y emergentes”, escribió en un informe publicado en la web del organismo.

Para Rapetti, la retracción del financiamiento se reflejó en una rápida y fuerte suba del tipo de cambio, que llevó al gobierno a negociar un acuerdo stand-by con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Y a partir de ese acuerdo, Cambiemos consiguió un volumen significativo de fondos a cambio de reformular su estrategia de política macroeconómica.

El economista de CIPPEC analizó que los ejes centrales de esa nueva estrategia del Gobierno pasan por:

– acelerar el ritmo de corrección del déficit fiscal,
– fortalecer la hoja de balance del Banco Central y el régimen de metas de inflación, y
– y dejar flotar al tipo de cambio, aunque reteniendo alguna capacidad de intervención.

“Este conjunto de medidas y la disponibilidad de financiamiento a bajo costo no disiparán en el corto plazo el impacto del reciente cimbronazo cambiario. La retracción del financiamiento externo obligará a corregir el elevado déficit de cuenta corriente, que amenzaba con sobrepasar el 5% del PIB en 2018”, vaticina Rapetti.

Para el director de la Maestría en Economía en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, la corrección involucrará una caída del gasto agregado público y privado y, en consecuencia, una contracción en la actividad económica. Y el mecanismo principal será la aceleración de la inflación, la cual contraerá el poder adquisitivo de los ingresos privados, el consumo y la inversión.

“La fase recesiva en la que nos sumergimos es una más de un prolongado ciclo de stop-and-go en el que se encuentra atrapada la economía argentina desde 2011. Las fases expansivas del ciclo ocurrieron en 2011, 2013, 2015, 2017 —coincidiendo con los años electorales— y las recesivas en 2012, 2014, 2016 y, probablemente, 2018” continuó.

Esta dinámica de crecimiento interrumpido es el síntoma de un desequilibrio persistente entre, por un lado, un alto nivel de gasto público y consumo privado y, por el otro, una limitada capacidad productiva de los sectores transables de la economía.

“En esta situación, cada intento por expandir el gasto deriva en un faltante de dólares que conduce a una crisis cambiaria que interrumpe el crecimiento”, analizó.

Para Rapetti, para dejar atrás este ciclo y crecer sostenidamente, se requiere potenciar a las actividades transables y así aumentar las exportaciones y la producción que compite con importaciones.

“Esto demandará mantener al tipo de cambio real en valores, al menos, como el actual y diseñar políticas específicas de estímulo a sectores transables primarios, industriales y de servicios. Será necesario también corregir el sobredimensionamiento del gasto público y el déficit fiscal. Para que estas correcciones sean justas, y social y políticamente sostenibles, es indispensable proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad”, cerró.

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