La enfermería escolar como factor de prevención en el sobrepeso infantil

La Licenciada en Enfermería, Florencia Grassi destaca la importancia del rol de la Enfermería Escolar como factor prevención en el exceso de peso infantil.

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La Licenciada en Enfermería, Florencia Grassi destaca la importancia del rol de la Enfermería Escolar como factor prevención en el exceso de peso infantil.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial, es uno de los problemas más graves de salud pública, en las últimas décadas se ha visto un incremento progresivo de los índices de sobrepeso y obesidad en la infancia y la adolescencia.

Tierra del Fuego se encuentra entre las provincias que cuenta con uno de los índices más altos de obesidad, el 61% de la población en general de la provincia tiene exceso de peso, de acuerdo a la encuesta nacional de factores de riesgo. La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso.

Las causas, entre otras están relacionadas con la modificación de los hábitos: se ha olvidado la cocina tradicional pasando a la denominada “comida rápida” alta en contenido en grasas, exceso de azucares, altas en contenido de sodio y aditivos no favorables para la salud y de las actividades físicas tradicionales como jugar “en la calle” cambiando al entretenimiento virtual de los video-juegos y la televisión favoreciendo así al sedentarismo. En el contexto particular de pandemia que estamos viviendo, implica tener que cumplir con un aislamiento preventivo y obligatorio, medida que además obligo de alguna manera a fomentar el sedentarismo durante un prolongado periodo de tiempo, y en segundo lugar los niños que recibieron la asistencia alimentaria por parte del estado nacional, provincial y municipal sufrieron en gran medida un impacto negativo en términos nutricionales, ya que tal provisión de alimentos no fue la adecuada en términos estrictamente nutricionales, por no ser suficientes, completos, armónicos ni adecuados para una alimentación potencialmente nutritiva entonces podemos decir que esto va a potenciar y aumentar las consecuencias negativas a la salud nutricional de la población escolar que ya presenta previo a la pandemia un gran deterioro a los largo de los últimos años.

Las tasas de obesidad infantil han crecido en los últimos años de manera alarmante, con las comorbilidades que ello conlleva y sus consecuentes problemas potenciales en la población adulta. Los niños obesos tienen una mayor probabilidad de muerte prematura, discapacidad y de desarrollar obesidad en la edad adulta. Pero no todos los efectos son a largo plazo, ya que la obesidad infantil se asocia a dificultades respiratorias, a un mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y a enfermedades como las de tipo cardiovascular o diabetes.

En Tierra del fuego el 48,7% de los niños de entre 5 a 13 años tiene sobrepeso y obesidad, de los cuáles el 25,9% tiene algún tipo de sobrepeso y el 22.8% obesidad, según los datos de PROSANE, Tierra del Fuego es la provincia con mayor frecuencia de sobrepeso y obesidad del país. 

 

Se trata de un problema multifactorial cuyo tratamiento es complejo sobre todo en la infancia, siendo muy importante por ello centrarse en la puesta en marcha de un programa de prevención, ya que esto sería beneficioso para el sistema de salud en general, evitando que la sociedad sufra menos comorbilidades y necesite tratamientos a lo largo de su vida.

En este sentido, las escuelas son muy importantes para trabajar sobre los hábitos de vida de los menores, ya que algunos pasan más tiempo allí que en sus hogares durante la semana, y otros incluso realizan dos de sus comidas principales en el colegio. “Por ello, la enfermera escolar se convierte en una figura de referencia en la educación de estos niños y es necesaria para realizar un seguimiento y registrar posibles cambios en los hábitos de vida que tengan vínculo con la variación del peso, entre otros factores”

La enfermera escolar en lo que a la obesidad se refiere proporcionaría conocimiento, actitudes y habilidades favorecedoras de hábitos alimentarios y de actividad física saludables a alumnos de las instituciones educativas, colaborar en una labor de vigilancia activa y asesoramiento respecto a los desayunos y meriendas que los niños y jóvenes llevan de casa al centro educativo, así como sobre las comidas incluidas en los menús escolares en caso de que el niño se quede a comer en el comedor.

Aquí podemos ver los indicadores mas recientes respecto a nutrición, con estos podemos evaluar la situación en la que nos encontramos y poder cambiar la realidad negativa con respecto a la nutrición escolar. Para poder desarrollar toda la labor docente de educación para la salud, sin lugar a dudas es necesaria la enfermería escolar.

Entornos escolares según la 2° ENCUESTA NACIONAL DE NUTRICIÓN Y SALUD (ENNYS 2)

INDICADORES PRIORIZADOS. SEPTIEMBRE 2019

  • A 5 de cada 10 NNyA de entre 2 y 17 años, la guardería, jardín y/o escuela les proveyó algún alimento y/o bebida. Los niños y niñas escolarizados de 2 a 12 años recibieron mayor provisión de alimentos y/o bebidas en los establecimientos educativos (61,1%) que los del grupo de 13 a 17 años (36,2%). En establecimientos de gestión estatal se evidenció mayor porcentaje de provisión de alimentos y/o bebidas (62,8%) respecto de las instituciones privadas (18,6%).
  • 2 de cada 10 estudiantes escolarizados reportaron que su institución siempre les provee de frutas frescas.
  • 3 de cada 10 estudiantes escolarizados reportaron que la institución educativa siempre les provee yogur, postres lácteos y/o leche. Se observó mayor frecuencia en los establecimientos estatales (31,3%) con respecto a los privados (19,7%).
  • 6 de cada 10 estudiantes escolarizados reportaron que la institución educativa siempre les provee agua segura (sin el agregado de jugo, frutas, etc.). Este indicador se observó en una menor proporción en los establecimientos estatales (55,6%) respecto de los privados (70,6%).
  • Al 26,6% a veces o siempre se les provee bebidas con azúcar. Se observó mayor frecuencia entre quienes asisten a un establecimiento de gestión privada (43,4%) respecto de quienes asisten a un establecimiento estatal (25,1%).
  • Al 71,2% de los NNyA escolarizados la escuela le provee a veces o siempre facturas, productos de pastelería, galletitas dulces y/o cereales con azúcar.
  • 8 de cada 10 estudiantes escolarizados de 6 a 17 años reportaron que la escuela posee un kiosco o buffet donde se pueden comprar alimentos y/o bebidas. Se observó mayor porcentaje de este indicador en los establecimientos de gestión privada (89,4%) respecto de los de administración pública (74,7%).
  • 4 de cada 10 NNyA escolarizados de 6 a 17 años en todo el país reportaron haber comprado algún alimento y/o bebida en el kiosco o buffet de la institución escolar a la que acuden, durante los últimos 7 días.
  • En cuanto a la compra de productos en el kiosko y/o buffet en la última semana, 4 de cada 10 NNyA escolarizados de entre 6 y 17 años que compraron algún alimento y/o bebida, reportaron haber comprado bebidas con azúcar.
  • Se observó que 6 de cada 10 NNyA escolarizados de entre 6 y 17 años compraron golosinas en el kiosco o buffet de la escuela durante la última semana.
  • El 24,5% de los NNyA escolarizados de 6 a 17 años compró facturas, productos de pastelería, galletitas dulces y/o cereales con azúcar en el kiosco o buffet de la escuela, durante los últimos 7 días.
  • Asimismo, un 14,9% reportó haber comprado productos de copetín durante la última semana.

La mayor frecuencia de provisión de alimentos se observa en la escuela primaria de gestión estatal. Los datos indican que es muy baja la proporción de estudiantes que refieren la provisión diaria, por parte de las escuelas de alimentos recomendados como frutas y lácteos (21,5% frutas frescas y 30,3% yogur, postres lácteos o leches). En el caso de la provisión de agua, las recomendaciones indican ofrecerla diariamente y en todo momento, pero sólo el 56,9% de los estudiantes reportaron que la escuela la ofrece siempre.

Como contrapartida, es alta la proporción de estudiantes (mayor al 70%) que menciona la provisión de alimentos no recomendados por su elevado contenido de nutrientes críticos (como facturas, productos de pastelería, galletitas dulces y cereales con azúcar). Incluso 1 de cada 4 estudiantes refirió que la escuela provee bebidas azucaradas. Por su parte, es elevada la proporción de los estudiantes (78,1%) que mencionan que la escuela posee kiosco o buffet. Los productos más comprados por los menores, tanto en la escuela pública como privada, son las golosinas y las bebidas azucaradas.

Los datos sobre los alimentos que se proveen y que se compran dentro de las escuelas confirman que los menores están expuestos a un entorno adverso que fomenta el consumo de alimentos y bebidas, que deberían consumirse muy esporádicamente. Asimismo, no se facilita de manera sistemática y mayoritaria la adopción de hábitos alimentarios saludables. Esta situación afecta tanto a escuelas de gestión estatal como privada y pone de manifiesto la necesidad de adecuar los marcos regulatorios nacionales y provinciales, para que los mismos se ajusten a los estándares internacionales.

Las intervenciones o acciones para disminuir los factores de riesgo modificables durante el desarrollo temprano y la niñez pueden reducir la obesidad infanto-juvenil. El entorno escolar es un ámbito ideal para promover la incorporación de hábitos saludables debido a que los menores pasan una parte importante de su vida en la escuela y a que las preferencias alimentarias se desarrollan a edades tempranas y suelen persistir a lo largo de la vida. Existe suficiente evidencia que respalda las intervenciones en las escuelas como una estrategia de prevención de la obesidad. Principalmente han demostrado ser exitosas aquellas acciones integrales y sostenidas en el tiempo.

Además, una revisión sistemática muestra el impacto positivo de las intervenciones participativas donde los estudiantes tienen un rol activo en la toma de decisiones. En relación a la oferta de alimentos en las escuelas, la evidencia muestra que la exposición repetida a los alimentos influye en las preferencias de consumo. En este sentido, está demostrado que las políticas escolares que eliminan la oferta de alimentos altos en grasas, azúcares y sal son eficaces en la prevención, con lo cual el desarrollo y puesta en marcha de un programa integral de prevención que articule de forma dinámica la salud en el entorno escolar de la mano de la enfermería escolar como agente de gestión directa podría brindar amplios beneficios a largo plazo para la sociedad en general y para el sistema de salud en particular.

 

https://bancos.salud.gob.ar/recurso/situacion-de-salud-de-ninos-ninas-y-adolescentes-en-argentina-agosto-2015

https://cesni-biblioteca.org/wp-content/uploads/2019/10/0000001565cnt-ennys2_resumen-ejecutivo-20191.pdf

LA IMPORTANCIA DE LA ENFERMERIA ESCOLAR EN CONTEXTO DE PANDEMIA

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