Guns N’ Roses tocó tres horas en River

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Guns N’ Roses dio este viernes un concierto de tres horas en el estadio de River Plate, en una nueva visita al país a 30 años de su primer desembarco.

La banda se despachó con un extenso en el que abundaron los solos de guitarras y macizas bases rítmicas.

La presencia escénica de Axl Rose y el perfecto estado musical del guitarrista Slash se llevaron todas las miradas; mientras que el contundente repertorio agregó el ingrediente faltante para que sea la noche soñada por los fans.

Slash mantiene su toque intacto y conserva el look con su galera y la cabellera rulosa cubriendo parte de su rostro.

El bajo de Duff McKagan –el restante miembro histórico en la actual formación-, no se privó de lanzar riff distorsionados, al tiempo que conformaba una muralla sonora con el baterista Frank Ferrer.

Fueron 29 temas con apenas unas pocas baladas para tomar aire.

A las 21 en punto las pantallas ubicadas al fondo y a los costados del escenario mostraron una animación en la que un robot exploraba una suerte de antiquísimo templo hasta que una enorme bola con el logo del grupo comenzó a perseguirlo hasta aplastarlo.

Acto seguido, el grupo irrumpió con It’s So Easy y Mr. Browstone, de su disco Appetite for Destruction.

Axl Rose se tomó un respiro para pedir al público, traductor mediante, que diera un paso para atrás para evitar aplastar a los que estaban más cerca del escenario. “No queremos que nadie se haga daño. Queremos que todos pasen un buen momento”, dijo.

Superado eso, comenzaron a aparecer los éxitos con Welcome to the Jungle, Live and Let Die, Double Talkin’ Jive, You Could Be Mine y Rocket Queen, entre tantos. Por su parte, el bajista tomó el micrófono para el cover de Misfits Attitude y Civil War, lo que regaló un instante épico.

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