Fuga de capitales: La era Macri supera los u$s64.000 millones.

El dato surge del último Balance Cambiario que elabora el Banco Central. En la era Macri la fuga de capitales supera los u$s64.000 millones.

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Es cierto que en febrero pasado empresas y familias siguieron comprando dólares, pero en menor intensidad de lo que se registró en enero, así como parte de los privados con dólares stockeados continuaron liquidando posiciones (descanutaje). Lo que dio como resultado que la compra de billetes mostrara un retroceso.

Sin embargo, el nivel de atesoramiento del sector privado, medido por el BCRA en el Balance Cambiario como la Formación de Activos Externos del sector privado (FAE), mostró que el mes pasado se mantuvo alto en casi u$s1.000 millones. Los datos oficiales dan cuenta que el FAE de febrero fue de u$s965 millones, lo que es un 50,7% menor a enero pasado y un 28,1% inferior a un año atrás. De modo que en lo que va de 2019 ya se acumula un nivel de atesoramiento o lo que se conoce en la jerga financiera como fuga de capitales de u$s2.923 millones.

El nivel alcanzado en el primer bimestre del año es muy inferior al registrado en los primeros bimestres de 2017 y 2018, de -23,3% y -34,6% respectivamente, aunque es un 10,4% mayor que el de 2016.

Para tener una dimensión del nivel de atesoramiento vale recordar que en toda la gestión de Cambiemos, desde diciembre de 2015 hasta febrero de 2019 el atesoramiento del sector privado, o fuga de capitales, acumula la friolera de u$s64.276 millones. Sólo basta con mencionar que las actuales reservas del BCRA rondan los u$s67.180 millones, que incluyen el swap con China, el Repo con bancos extranjeros y el acuerdo con el FMI.

Si en el pasado reciente se vio que el sector privado atesoró más de u$s60.000 millones precisamente cuando Cambiemos ostentaba todavía un alto nivel de popularidad y sobre todo cuando triunfó holgadamente en las elecciones de medio término, cómo no se va a reproducir este fenómeno en un año electoral que parece decisivo para el futuro mediato. De ahí la inquietud del Gobierno y del mercado. Porque es dable esperar que a medida que se acerque la noche del 22 de junio y se conozcan los candidatos para participar de las PASO, el nivel de atesoramiento crecerá en forma sostenida. Y como la historia lo demuestra, a veces no hay tasa de interés que convenza al ahorrista a apostar al peso en contra del dólar. De ahí hasta las PASO las turbulencias se intensificarán y luego habrá que prepararse para otro round cambiario frente a la primera vuelta en octubre. El Gobierno y el FMI esperan que entre la liquidación de los agroexportadores y las divisas que gire el organismo se podrá atemperar la demanda anual para atesoramiento, que de no mediar algún cisne negro, se perfila ya por encima de los u$s17.000 millones. Un número nada despreciable.

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