Fue durante la noche del 3 de febrero de 2013 cuando uno de los eventos más vistos, esperados y comentados en todo el mundo se oscureció. No sucedió en Argentina. Fue en Nueva Orleans donde se estaba celebrando la XLVII edición del Super Bowl. Las luces se apagaron en el edificio de 73 mil asientos, el Mercedes Benz Superdome. El juego tuvo que ser suspendido durante 34 minutos. Se trató de uno de los papelones más grandes de la historia del evento.
En principio, la historia iba a ser el enfrentamiento entre los San Francisco 49ers y los Baltimore Ravens además de la actuación en el medio tiempo de la superestrella Beyoncé que invitó a sus amigas de Destiny’s Child a subirse con ella al escenario. Sin embargo, lo único que realmente pasó en aquella edición del Superbowl 2013 fue el gran apagón que permitió que los de San Francisco perdieran, sí, pero con dignidad.
Antes de la entrada en el limbo, los Baltimore Ravens iban ganando a los de San Francisco por 28 a 6. Después de la media hora de descanso y estiramientos, los derrotados pudieron acortar la diferencia a un apretado 34 a 31. Si hubieran ganado habría sido sospechoso.
¿La culpa de Beyoncé?
Entre las múltiples teorías que se barajaron durante aquellos días, la versión de que el impresionante show de Beyoncé con hologramas y videos extravagantes había arruinado la capacidad eléctrica del estadio era una de las que más fascinaba al público. Sin embargo, toda la energía de la puesta en escena venía de un generador externo.
De acuerdo con la compañía de servicios públicos de Nueva Orleans, Entergy Services, y SMG, la organización que administra el Superdome, lo que sucedió fue una misteriosa anormalidad del sistema que disparó un interruptor automático con gran poder.
El apagón duró unos noventa segundos, pero las luces permitieron continuar el juego 34 minutos después. Durante la media hora, el público se dedicó a hacer la ola y a tuitear acerca del extraño evento ocurrido en Nueva Orleans. Varios anunciantes y celebridades aprovecharon el momento para hacer marketing. Los especialistas coincidieron que el ganador de la pantalla fue Oreo que tuiteó algo así como “¿Apagón? Ningún problema” y que acompañó con una foto de la galletita y una sugerente frase: “Todavía podés remojarte en la oscuridad”.