Con garra y calidad

Aguirre avisó que iban a "pelearla" en Guayaquil y Belluschi le dio la victoria a San Lorenzo con un golazo de tiro libre. Fue 1-0 contra Emelec y la revancha será recién el 10 de agosto, en el Nuevo Gasómetro. Triunfazo.

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“No duden de que vamos a pelearla”, avisó Diego Aguirre en la previa. Y San Lorenzo le puso garra a la ida de los octavos de final ante Emelec en Guayaquil. Pero además de las ganas, hubo calidad. Porque la victoria se la dio Fernando Belluschi, con un golazo de tiro libre, para que la ida termine 1-0, en un triunfazo para el Cuervo. La revancha será recién el 10 de agosto, en el Nuevo Gasómetro.

De entrada se notó el plan de juego del Ciclón, que se plantó con cinco jugadores adelante de la mitad de cancha -cuatro volantes y un delantero- y presionando bien arriba. Emelec solo los pudo pasar con pelotazos, pero no llevó peligro. El Mago Merlini fue de lo mejor del primer tiempo, yendo y yendo por derecha, y hasta el travesaño le negó el gol. Pero el que frotó la varita fue el Rasta Belluschi: se hizo cargo de una falta que le cometieron y la clavó de tiro libre cuando iban 24 minutos. Justamente, él había sido el del agónico gol ante Flamengo, que clasificó a San Lorenzo a los octavos de final. Y gritó por 13° vez con la camiseta de Boedo.

Si Belluschi fue la espada al gol, Marcos Angeleri fue el escudo: el defensor salvó el empate justo antes del entretiempo, cuando Navarro ya estaba vencido. Emelec, segundo en el grupo que lideró River, no mostró demasiadas ideas y cayó por segunda vez de local en las cuatro presentaciones en la Libertadores (la otra, justamente, ante el Millo). El segundo tiempo fue chato, con la visita empujando, pero San Lorenzo contraatacando con remates a distancia. En la última, Navarro se jugó todo y se quedó con la pelota, además de un golpe en la cabeza. La garra que puso el Ciclón. Antes, la calidad.

Cuarta victoria al hilo para el equipo de Aguirre en la Copa. Pensar que había comenzado con dos derrotas, cinco goles en contra y ninguno a favor. La historia cambió. Y el equipo de Boedo volvió a ser.

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