Boca avanza gracias al implacable Darío Benedetto y su sintonía con la red

Por 16ta. vez, el delantero marcó el 1 a 0 de su equipo; lleva 29 en 34 partidos, una cifra sólo comparable con los grandes goleadores de la historia xeneize; Rosario Central, el próximo rival en los octavos de final de la Copa Argentina

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Una hora tardó Boca en establecer en la red las enormes diferencias de jerarquía que lo separan de Guillermo Brown , de Puerto Madryn. En el primer tiempo y en los 15 minutos iniciales de la segunda etapa no logró quebrar el 0 a 0. Hasta que apareció un penal brillantemente ejecutado por Darío Benedetto , el hombre que vive con una obsesión: mandar la pelota a la red.

Pipa lleva 29 goles en 34 partidos oficiales con la camiseta azul y oro, una proporción que lleva a revisar las eficacias de goleadores históricos del club, como Francisco Varallo y Roberto Cherro en los años treintas. Benedetto está en un momento brillante.

Benedetto se llena la boca de gol

Un viaje en el tiempo sirve para tomar magnitud de la actualidad del goleador xeneize. El 18 de septiembre de 2016, en Mendoza, Boca rescató un 1 a 1 contra Godoy Cruz. Aquella tarde Benedetto malogró dos situaciones clarísimas de gol y Guillermo Barros Schelotto , enojado, lo reemplazó por Walter Bou poco antes de que el empate fuese cosa juzgada. El murmullo de los hinchas en el Malvinas Argentinas y las críticas posteriores abrieron la chance de que el Nº 9 perdiera la titularidad, algo que no ocurrió.

Trescientos sesenta días después, el regreso de Pipa a la tierra del sol y el vino tuvo otro color. A fuerza de goles y grandes actuaciones, la confianza del delantero ahora es alta como el Aconcagua. Sus conquistas cotizan en bolsa: en 16 ocasiones sus tantos sirvieron para que Boca estableciera respectivos 1 a 0.

Para el equipo de los Barros Schelotto, el partido por uno de los 16os de final por la Copa Argentina fue más difícil que lo imaginable. Brown fue un rival digno, que siempre estuvo “en partido”, y sólo el penal cedido por Adrián Martínez mediante una infracción contra Pablo Pérez lo dejó en desventaja.

La estrategia del cuerpo técnico boquense de reservar a varios titulares duró apenas un tiempo. En los primeros minutos del segundo ingresaron Fernando Gago y Edwin Cardona, para dar más precisión y profundidad a un equipo que padecía una floja actuación de Cristian Pavón.

Poco antes del encuentro, que se debió jugar el 23 de agosto pero se postergó a causa de que el equipo patagónico tenía apenas siete jugadores y recién iba a comenzar la pretemporada, hubo incidentes entre hinchas de Boca y Guillermo Brown en las tribunas. Los del conjunto sureño tiraron proyectiles a los xeneizes, pero fueron controlados por la policía.

Boca hilvana diez partidos oficiales sin derrotas (la última, frente a River el 14 de mayo pasado, en la Bombonera); ocho fueron de la liga y dos por la Copa Argentina (el de anoche y el de los 32os de final, cuando goleó por 5-0 a Gimnasia y Tiro, de Salta, en Formosa). Su próximo rival es Rosario Central, en un choque que ya promete, como consecuencia de la historia reciente entre ambos (la final ganada con polémica por los xeneizes en 2015, y la “venganza” canalla, también controvertida, en los cuartos de 2016).

Poco antes del final, Benedetto volvió a ser reemplazado por Bou. Pero en lugar de murmullos como los de hace casi un año, el Nº 9 dejó el campo en medio de una ovación ya varias veces escuchada: “Olé, olé, olé, olé, Pipaaaa, Pipaaaa”.

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