Bertone sale del modo campaña y entra en modo gobernadora casi cinco meses después de perder su reelección se acordó milagrosamente de una de sus responsabilidades institucionales, la transición.
Luego de maratónicas reuniones y puestas en escena que arrancaron allá por octubre del 2018 para adornar su interminable campaña electoral, primero por la reelección y luego por su banca a diputada nacional.
Presuntas irregularidades en muchas áreas que podrían comprometer a gran parte del gabinete de Rosana Bertone la obligan a convocar a Gustavo Melella a una tregua que intente poner un manto de impunidad sobre funcionarios que podrían ser cuestionados apenas asuman las nuevas autoridades.
Una gobernadora que actuó en modo candidata y siguió el juego electoral hasta cuatros meses y medio después de perder la elección provincial buscando un salvoconducto en la cámara de diputados, apenas luego de finalizado el compromiso electoral se digna a convocar formalmente el gobernador electo de la provincia Gustavo Melella para dialogar sobre la “transición”.
Finalmente recordó que es gobernadora de la provincia y la responsabilidad institucional que dicho cargo implica. Lo cierto es que los fueros que obtiene Rosana Bertone desde el próximo 10 de diciembre no alcanzaran a proteger a los miembros de su gabinete.
Endeudamiento en dólares que comprometen regalías en garantía de pago, obras en ejecución como el corredor del Beagle, licitación de obras en medio de la transición que comprometen las finanzas de la próxima gestión, operaciones contra la figura del actual gobernador electo durante el 2018, megapase a planta permanente de más de 400 personas, entre ellos una gran cantidad de funcionarios políticos, serian apenas algunos de los elementos que entran en juego y que comprometerían a muchos miembros del actual gabinete de gobierno.
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