Bariloche, el mejor lugar para saborear una “pinta” de cerveza artesanal

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Con la llegada de nuevas marcas a la Patagonia, la Ruta de la Cerveza se amplía cada vez más. Y por fuera de clásicos como la pizza, se imponen los maridajes.

A los ingredientes que se conjugan para generar la magia que caracteriza a Bariloche se sumó la efervescente cerveza artesanal. La propuesta surgió de productores caseros (la región Patagonia es sempiterna fabricante de pioneros) y creció hasta materializar un circuito de cervecerías que vincula la vida nocturna de la ciudad con los paisajes gloriosos de los alrededores, y el cotidiano de los barilochenses con las vacaciones de los visitantes. Con sus buenos momentos, la cerveza crea lazos.

Nuevo emprendimiento de la cervecería "Patagonia"  fabrica instalada a orillas del lago Moreno (Trilce Reyes)

La afirmación de Bariloche como el polo patagónico de la cerveza artesanal argentina recibió este año el aporte de Patagonia, un player internacional. La empresa instaló en el km 24,7 del Circuito Chico un brew pub de inmejorable diseño rústico, montañés y acogedor, con un salón en el que puede verse la fabricación de las cervezas.

Su ubicación lo convierte en un mirador privilegiado a los bosques, los lagos y las montañas. Desde el interior, la terraza y el patio, es posible extasiarse contemplando la Cordillera de los Andes, velada celeste, perfecta como una ilusión.

Las cervecerías de “los kilómetros” por los que se extiende esta ciudad de Río Negro, son miradores al esplendor de la belleza natural. Allí empezaron Blest (av. Bustillo km 11,6) Berlina (av. Bustillo km 11,7), La Cruz (Nilpi 789, a la altura del km 6 de av. de los Pioneros), y ahora se estableció Patagonia en el Circuito Chico, junto a Gilbert, en el km 24.

Berlina, cerveza artesanal patagónica
(Alejandra Bartoliche)

Materias primas

La integración con el paisaje es íntima, empezando por el principal ingrediente de las cervezas, el agua, que proviene de los lagos. El sabor proviene de las flores de los lúpulos cultivados en El Bolsón.

Con la llamda Casa de la Creación, Patagonia busca crear cervezas que exploren sensaciones locales como el pino, las maderas autóctonas y la lavanda. Su cervecería está en el legendario campo de lavandas Meli-Hue. Representantes explican que la empresa sobrepasa las exigencias ambientales con una planta de tratamiento biológico de aguas que crea un humedal con plantas autóctonas.

La experimentación de los cerveceros de Patagonia se puede probar. “Queremos que la gente venga a vivir la experiencia de la cerveza artesanal”, dice Nicolás Morelli, director de la sucursal. Una experiencia hecha de camaradería y de la vocación y la vitalidad de los cerveceros.”Mirá este paisaje, la cordillera nevada más allá del lago… Con este entorno, esta cervecería es única en el mundo”, aclara.

En otro punto del circuito, Guido Ferrari, uno de los tres hermanos que emprendieron Berlina hasta transformarla en una marca y varias cervecerías, analiza que en el surgimiento del Bariloche cervecero “convergieron inmigrantes que trajeron la tradición (Otto Meilin hacía cerveza aquí), el turismo, incluyendo europeos y norteamericanos muy aficionados a la cerveza y una generación muy pujante que nos pusimos a producir. La pasamos bárbaro haciendo esto y mejoramos las cervezas colaborando entre nosotros, porque sabemos que todos nos beneficiamos si afianzamos el circuito cervecero”.

Por su parte, Emilio Ghirardi, de La Cruz, relata: “Empezamos en casa. Al principio teníamos malos equipos y hacíamos malas cervezas, pero fuimos mejorando, porque nos gusta expresarnos con la cerveza. Nos gusta esta vida”.

En La Cruz los visitantes las prueban todas, en un sampler que incluye variedades especiales, mientras confraternizan con la nutrida concurrencia de clientes barilochenses.

Otra predilecta de los locales es Konna (Pasaje Juramento 73), en cuyo interior cuelgan de las vigas las choperas de los parroquianos. Se trata de una de las varias cervecerías que se concentran tres cuadras arriba del Centro Cívico, en plena ciudad.

Cervecerías de Bariloche. Konna

Lucho, el cervecero del lugar, cuenta que en verano los alrededores de la esquina de Juramento y 20 de Febrero se cierran para dar lugar a un patio cervecero, con bandas y mesas en las calles. Mientras charla, sirve una pinta de Porter y pide opinión: “Díganme cómo la sienten con este goulash de ciervo”.

Negocio familiar

A unos metros, dentro del pinar del Paseo de la Colina, está a pleno Wesley, la cervecería que se desarrolló a partir de la producción que inició Marcos Wesley (hijo de Tom, el de las cabalgatas del Cerro Campanario) con sus hermanos y amigos.

En un tour por el interior de la cervecería Patagonia, Sol Cravello, labeer knowledge manager invita a los visitantes a experimentar maridajes. Por un lado, costillitas de cordero con salsa de mostaza y miel con cerveza IPA, “cuyo amargor, explica, va a barrer el fuerte sabor de la carne”. Luego, estofado de ciervo con polenta blanca, con cerveza Porter, “que se integran en un plato de invierno, con notas de tostado, y una cremosidad general”. Finalmente un postre en base a un chocolate muy amargo con helado, con cerveza Barley Wine, “que corta el sabor imponente del postre, pero deja un dulzor que hace un puente con el amargo del chocolate”.

La visita termina con una degustación profesional. Sol guía a los participantes por las infinitas sutilezas de los colores, sabores, aromas y otras intimidades del interior de las diferentes cervezas.

Cervecerías de Bariloche. Gilbert

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