Han pasado 46 años desde que el golpe de Estado de Augusto Pinochet derrocó al Gobierno democrático de Salvador Allende y las raíces ultranacionalistas siguen estando en Chile, como demuestra Andrés Wood en su película “Araña”, protagonizada por María Valverde y Mercedes Morán.
Dos actrices para un único papel, el de Inés, joven revolucionaria de la extrema derecha en el año 73 (Valverde) y empresaria burguesa de éxito en la actualidad (Morán).
La película salta continuamente entre las dos épocas para trazar el retrato de una sociedad que estaba herida en aquellos últimos meses del Gobierno de Allende y que lo sigue estando ahora, 29 años después de que Pinochet abandonara el poder.
Inés es miembro de Patria y Libertad, una agrupación de extrema derecha que en los años 70 se opuso violentamente a Salvador Allende, en un filme que es muy fiel a la historia en la parte política y totalmente ficticio en lo que se refiere al triángulo amoroso que se crea con su marido, Justo, y su mejor amigo, Gerardo.
Sus violentas acciones en su juventud reaparecerán años después poniendo en jaque la en apariencia vida perfecta que Inés se ha construido, un reflejo de la división que afecta en la realidad a la sociedad chilena de hoy.
“Las raíces ultranacionalistas están y han estado acompañándonos todos estos años. Escondidas, falsamente arrepentidas. Negadas por distintas conveniencias, pero no por eso, erradicadas”, señala Wood en las notas de producción del filme.
La película “nace por esta sensación de que hay una fibra muy nacionalista que atraviesa Chile entero”, desgranó Wood en una entrevista con Efe en el reciente Festival de San Sebastián, donde “Araña” compitió en la sección Horizontes Latinos.
Un filme que se centra en los grupos violentos ultranacionalistas que “hicieron el trabajo duro (asesinatos políticos, sedición, atentados a bienes públicos, etc.) para derrocar al Gobierno socialista de Salvador Allende”.
