Adiós a Angela Merkel, la canciller domadora de crisis

El final de su liderazgo augura una mayor inestabilidad política en Alemania y abre dudas sobre el papel de Berlín en el tablero internacional

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Angela Merkel rompió un techo de cristal y se erigió como una de las personas más influyentes del planeta al convertirse en la primera mujer canciller en la historia de Alemania. Este fin de semana termina 16 años de mandato. En estas semanas, numerosos medios del mundo han recordado su vida. Este documental de la DW retrata lo que fue su paso por el poder y el impacto que tuvo en Alemania y en el mundo.

Conocida por guardar la calma frente a las situaciones mas criticas, algunos se animan a afirmar su cualidad de domadora de crisis.

Quienes trabajaron con ella siempre elogiaron su tesón. “Su aspecto impasible refleja su sentido de análisis. Era conocida por desconfiar de los estallidos emocionales o la retórica excesiva, y su equipo reconoció más tarde que ella era escéptica respecto a mí precisamente por mi talento oratorio. No me ofendió, pensé que en un dirigente alemán, una aversión por una eventual demagogia era algo sano”, escribió Barack Obama en sus memorias Una tierra prometida.

Merkel no aspira a un mandato el 26 de septiembre. Pero sigue teniendo un fuerte apoyo en este territorio bordeado por las aguas del mar Báltico. Wolfhard Molkentin, exresponsable local de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), fue uno de los primeros en reconocer las cualidades de Merkel, elegida diputada en 1990 en esta vasta circunscripción de tierras salvajes y ventosas, bordeadas por el mar Báltico.

“Permaneció tal y como era”, asegura Wolfhard Molkentin, un amigo de ella desde hace décadas. “Una persona muy sencilla, estable y digna de confianza. Y lo sigue siendo”, continúa.

Su llegada a la política se dio en circunstancias históricas muy particulares. Alemania reunificada celebró sus primeras elecciones en diciembre de 1990. Hay que encontrar candidatos del CDU para todas las regiones de la antigua RDA. Pero en la circunscripción 267 –que incluye la ciudad de Stralsund y la isla de Rügen– Molkentin no tiene a nadie.

Desamparado, se dirige al presidente de la recién creada federación regional de la CDU. “¡Merkel!”, le sopla su interlocutor. “¿Quién es Merkel?”, le responde. En aquel momento, “la Merkel” era portavoz adjunta del último gobierno de la RDA, es decir, una persona completamente desconocida. Pero desde el primer encuentro con los militantes, “pensé: con ella, vamos a poder hacer algo”, afirma Molkentin.

Finalmente, fue elegida diputada con 48,5 % de los votos y reelegida en siete ocasiones. Dentro de unos días, la placa que indica la permanencia de “Angela Merkel, miembro del Bundestag alemán”, en una calle de la ciudad vieja de Stralsund, será descolgada. Por primera vez en 31 años, la “mujer más poderosa del mundo” no postulará para ningún cargo el 26 de septiembre.

Schnaps
A dos pasos de una playa de arena blanca en la isla de Rügen, un antiguo pescador, Hans Joachim Bull, no olvidó su encuentro con Merkel durante su primera campaña electoral. Tenía 36 años, una falda larga, una sonrisa tímida y escuchaba con atención las quejas de los pescadores asfixiados por las cuotas europeas. “Nunca nos prometió que iba a mejorar. Pero nos dijo: Me llevo tus problemas conmigo”, recuerda este hombre de 64 años.

La discusión en una choza, hoy destruida, sigue siendo uno de los momentos fotografiados más famosos de la futura canciller, con sus mejillas color rosa debido al aguardiente de los pescadores. “¡Se bebió cuatro o cinco!”, destaca Bull. “Nos dijimos que podíamos hablar con ella, era natural. Incluso siguió siéndolo cuando se convirtió en canciller”, añade.

Molkentin atestigua también de la fidelidad de Merkel, quien todos los años le envía tarjetas de cumpleaños y un ganso para Navidad. También fue invitado a todas las investiduras de la canciller en el Bundestag, así como cuando recibió a George W. Bush en su región en 2006. En el álbum de fotos, Christa señala una en la que su esposo está sentado en la mesa al lado del presidente estadounidense de aquel momento. “Incluso le prestaste tus anteojos, se había olvidado los suyos”, comenta.

El martes, además de Laschet, Merkel estuvo acompañada por el candidato que quiere sucederla en su circunscripción, Georg Günther. El joven solo tenía tres años cuando ella fue elegida por primera vez. “Estoy orgulloso, es una buena herencia”, asegura este funcionario de impuestos. Y si la líder le dio algunos consejos sabios, él planea distanciarse de su mentora. “Es importante ser un poco independiente”, señala sonriente.

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