Hotesur: Cristina, Máximo preocupados por el impulso de la investigación
El Fiscal Carlos Stornelli reactiva la causa que estaba “dormida” por imperio del kirchnerismo en el gobierno y sus relaciones judiciales. Hoy, fuera del poder CFK, la causa comienza a moverse nuevamente con el pedido por parte del fiscal.
Bajo la sospecha de que el hotel de la familia presidencial, Alto Calafate, se utilizó como forma de lavar activos financieros, provenientes de la obra pública, de Aerolíneas Argentinas y otras vertientes aún no declaradas, el fiscal Carlos Sotrnelli a cargo de la causa “Hotesur”, le solicitó al juez Daniel Rafecas, una serie de medidas probatorias contables sobre las pruebas financieras sobre la contabilidad de los hoteles K, ya obtenidas por Bonadio. Ese magistrado quería saber si la cadena hotelera K se usó para lavar dinero de la corrupción, señala el periodista Nicolás Wiñasky hoy en Clarín.
Para determinar si se han adulterado documentación contable, el fiscal pidió “someter” a una pericia caligráfica a los libros societarios de Hotesur, para “determinar la data” de las “inscripciones manuscritas que estos contuvieran” para saber si “corresponden o no a un mismo puño escritor”, señala el periodista.
También pidió que la Inspección General de Justicia (IGJ) le remita todos los antecedentes registrales de la sociedad Hotesur. Éstos dos últimos pedidos de Stornelli se basan en una denuncia difundida en Clarín en noviembre pasado: a pedido del abogado que representa a los Kirchner en la causa Hotesur, Alberto Beraldi, el juez Rafecas le entregó al letrado los libros societarios de Hotesur. Son pruebas fundamentales para conocer la realidad contable de la empresa. Según fuentes de la causa, esos documentos fueron devueltos tras ser manipulados.
El abogado y el juez rechazaron que eso haya ocurrido. Clarín – refiere Wiñasky – tiene en su poder, sin embargo, actas judiciales del expediente, fechadas en días distintos, donde se contradicen cuándo y cómo se entregaron al abogado K los libros societarios de Hotesur.
La mecánica
En OPI lo venimos diciendo desde que aún no se conocían los datos ciertos de la maniobra. El mecanismo era tan simple como brutal, porque cerraba un círculo vicioso de corrupción donde el dinero se pagaba “en blanco” y los retornos volvían blanqueándose a través de las empresas de la familia Kirchner.
Para esto el gobierno nacional y/o provincial, sacaba una licitación millonaria de obra pública, que la ganaba, indefectiblemente, Austral Construcciones SA de Lázar Báez. Allí el sobreprecio quedaba en manos del empresario quien debía “devolver” gran parte de ese dinero que había cobrado de más y para que llegara a manos de los Kirchner, éstos simulaban alquilarle los hoteles a valores importantes y figuraban “llenos” todo el año, cuando en realidad solo bastaba ir a El Calafate pare ver que la realidad era totalmente distinta.
Ha sido tanta la impunidad y las desprolijidades de todos los involucrados en estas maniobras, que en algunos casos las ocupaciones exceden a la cantidad de día que tiene el año o la cantidad de habitaciones que ofrece el Alto Calafate. Una mentira total, a la que desde 2007 aludimos señalando que se debía tener acceso a lo que el hotel liquidaba por su explotación ante la AFIP. Cuando eso se logró, la verdad salió a la luz.
Lo mismo sucede con Aerolíneas Argentinas, cuya tripulación figura alojándose todos los días del año e inclusive hay registros de vuelos que nunca se hicieron y que pueden ser en la práctica, fácilmente comprobable con la documentación de rutas de la empresa o bien del aeropuerto de la villa turística.
Toda la mentira y la corrupción se deshace ante las primeras señales emergidas de la justicia, al no tener ya la presión del Ejecutivo encima. Esta es una de las causas más claras y de fácil comprobación que hay sobre la corrupción estatal y de gobierno en la Argentina. Los involucrados en esta causa tienen que atravesar graves acusaciones que van desde lavado de dinero, cohecho y sobreprecios, hasta fraude y adulteración de documentos públicos y libros contables.
Las cabezas visibles son: Cristina Fernández, Máximo Kirchner, Lázaro Baéz y Osvaldo Sanfelice, pero la cadena sigue y en muy importante, ya que Hotesur involucró a muchos profesionales, entre ellos contadores y abogados que si la causa prosigue, podría costarle la matrícula, al menos a tres contadores públicos que participaron activamente de este armado ilegal.
Fuente]:Opisantacruz