Supercopa de España: con dos golazos, Real Madrid apagó rápido el grito de Messi y derrotó a Barcelona en el Camp Nou

Piqué, en contra, abrió el marcador; Leo había igualado el encuentro, de penal; después, el portugués, que se fue expulsado, anotó el 2-1; el tercero lo hizo Marco Asensio; la revancha será el miércoles, en Madrid

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Real Madrid enmudeció al Camp Nou en el partido de ida por la Supercopa de España y derrotó 3-1 a los catalanes con dos golazos: uno de Cristiano Ronaldo y otro de Marco Asensio. El primer tanto fue en contra de Gerard Piqué .Lionel Messi, de penal, había igualado el encuentro para Barcelona . Cristiano se fue expulsado poco después de marcar su gol por una doble amarilla. Luego de su expulsión, empujó al árbitro, acción que podría desencadenar un mayor castigo para el portugués. El partido de vuelta será el miércoles en el estadio Santiago Bernabéu.

Real Madrid se empacha de fútbol en la casa de Barcelona. Acusado en el pasado de estar más pendiente de coleccionar figuritas en lugar de armar equipos, el cuadro blanco se olvidó de la suma de las individualidades. El conjunto de Zinedine Zidane es un todo. Un equipo con mayúsculas, dueño de Europa y de España, ahora también amo en el Camp Nou. En el patio de Messi, Real Madrid se coronó como equipo. Ya ni siquiera está pendiente de Cristiano Ronaldo, otra vez suplente, otra vez decisivo en el área.

Al portugués le encanta jugar en el Camp Nou. Hasta gritó más goles que el propio Messi en los clásicos que se jugaron en la casa azulgrana. El punta de Barça firmó 10; el delantero del Madrid, 11. En cualquier caso, Messi sigue liderando la tabla de goleadores en los superclásicos españoles: 24 del 10 azulgrana, por los 17 del 7 blanco. Sin embargo, a pesar de su gol y la victoria del Madrid, la noche no fue redonda para Cristiano. Se esmeró tanto en que se note que había marcado un nuevo gol en el Camp Nou, que terminó en las duchas antes de tiempo. La primera amarilla por sacarse la camiseta en la celebración de su tanto; la segunda, por simular una falta en el área. Gol y dos amarillas, todo en 24 minutos.

Mientras el Madrid de Zidane agranda su leyenda, el Barcelona de Valverde no empieza a carburar. El equipo azulgrana estuvo demasiado pendiente de Messi. Sin Neymar, todo el desequilibrio del Barcelona pende del botín izquierdo del Nº10. El rosarino, obsesivo con el triunfo, fue el oasis de un equipo roto, que no encontró los circuitos de su juego en la mitad del campo, desangrado en defensa en cada contra de Real Madrid.

El Barcelona de Luis Enrique contaba con un once de memoria, sin mirar al banco de suplentes. Parecía que no lo necesitaba. En cambio, Zidane mira a sus costados durante los duelos. Y ayer, de nuevo, la respuesta a un partido que se le había puesto cuesta arriba tras el empate de Messi la tenía en el banco. Cristiano clavó un golazo; Marco Asensio, otro. Real Madrid no se sintió inferior ni cuando se quedó con 10 jugadores.

Mucho Madrid para poco Barcelona. Ni siquiera Messi pudo contrarrestar la voracidad del cuadro de Zidane.

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