Paso a paso para transformar tu piel en poco tiempo

10 hábitos muy simples para transformar tu rutina y terminar el año radiante y más joven.

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Incorporá un aceite en agua para lavarte la cara

Las nuevas estrellas de la cosmética son los limpiadores de textura oleosa que al contacto con el agua hacen espuma. ¿Cuáles son sus beneficios? Al masajear la cara con el aceite se arrastran todas las impurezas mucho más eficientemente que con un jabón tradicional de limpieza. Además, si bien se enjuaga, deja la piel humectada y preparada para los tratamientos posteriores. Ideal para pieles secas.

Exfoliá más

Lo hemos leído una y otra vez pero hasta que no incorporemos este hábito sencillo al menos una vez por semana no notaremos mucha diferencia en la calidad de nuestra piel. Exfoliar la renueva, barre las células muertas, beneficia la circulación y oxigena las capas superficiales. Ojo: no utilices exfoliantes a base de cáscara de frutos secos ya que pueden lastimar la piel y producir microinflamaciones.

Añadí ácido hialurónico a la rutina

Si no conocés este principio activo, es hora de que lo hagas. El ácido hialurónico está presente de forma natural en nuestro cuerpo y es el responsable del correcto funcionamiento de ligamentos y tendones. Además, es un agente que retiene varias veces su peso en agua, por lo que resulta excelente para que las fibras de la dermis no pierdan su hidratación. Hay infinidad de variantes: cremas, geles, sérums ¡y hasta comprimidos para tomar por boca!

Tomá más agua

Es un consejo obvio, pero ya vimos que indispensable: tomar agua es el primer paso para tener una piel radiante. Dos litros diarios son lo recomendado. Si no sos fan del agua, agregá tisanas de hierbas, tés sin cafeína, jugos de fruta y verdura a tu ingesta diaria.

Incluí retinol

El secreto de una piel que envejece más lentamente es el retinol. Se trata de un derivado de la vitamina A que básicamente la renueva. Si tenés manchas, líneas de expresión o zonas del rostro más pigmentadas, es el activo a incorporar. Con cuidado: dado que es un ingrediente potente, es recomendable no exponerse al sol después de usarlo y evitarlo en caso de embarazo y lactancia.

Encontrá las cremas que van con tu piel

No todos los lanzamientos que prometen resolver todos tus problemas de piel serán adecuados para vos. Antes de elegir una crema, leé bien las etiquetas que enumeran sus ingredientes. Además, pedí que te la prueben en la tienda o que te den una muestra antes de comprarla para evitar reacciones alérgicas o tirar la plata en una textura, un aroma o un resultado que no te gustan. Y cuando encuentres la tuya sé fiel: una crema que funciona es una compañera para toda la vida.

Usá siempre pantalla solar (incluso en invierno)

Sí, leíste bien. En los meses fríos la pantalla solar es necesaria para evitar exponer la piel a las agresiones causadas por los rayos UVA y UVB. Además, las radiaciones de las computadoras, las luces de los reflectores y el sol que te pega a través de las ventanas también inciden en el envejecimiento.

Visitá al dermatólogo

Un buen diagnóstico del estado y el tipo de piel que tenés es el primer paso para aprender a cuidarla, y solo lo puede hacer un médico dermatólogo. Además de revisarte y chequear tus lunares, es la persona idónea para recomendarte qué tipo de cremas o tratamientos seguir.

Probá con máscaras de papel

Son furor en Asia, donde nacieron, y un mimo ideal para incorporar al menos una vez a la semana. Se trata de mascarillas de papel embebidas en principios activos que penetran en la piel profundamente y resuelven la deshidratación, la falta de luminosidad y el aspecto cansado. En Buenos Aires se consiguen las de origen coreano en el Barrio Chino. También varias marcas de cosmética internacional ya lanzaron alguna versión en su portafolio de productos. Probá haciéndote una antes de un evento importante, vas a notar la diferencia.

Hacete un masaje con rodillos

El último grito de la moda en belleza son los rodillos de jade, que ayudan a drenar el líquido retenido como hinchazón, mejoran la circulación y ayudan a que los productos penetren con más facilidad. Se recomienda ser constante en su uso para ver resultados: todas las noches, por ejemplo, después de aplicar el sérum o la crema de tratamiento, probá con un masaje de 5 minutos.

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