Franco Masini: “Podés pasar del éxito a que no te reconozca nadie “

A sus 23, está por estrenar el musical Casi normales mientras rinde las últimas materias para licenciarse en Relaciones Públicas

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Debutó en teatro con la obra Ricardo III y alcanzó la popularidad con su rol de Pedro Correa en Esperanza mía (2015), la telenovela de Pol-ka que protagonizaron Lali Espósito y Mariano Martínez. Ese mismo año también se puso en la piel de Guillermo Puccio en El clan, la película dirigida por Pablo Trapero y en 2016 tuvo una participación especial en la película Inseparables, de Marcos Carnevale.

Actor y músico, Franco Masini (Buenos Aires, 1994) es también integrante de la banda Té para Tres, que comparte junto con su hermana Milagros. Hijo de madre educadora y padre coleccionista de antigüedades, nació en Vicente López y cursó sus estudios primarios y secundarios en Saint Gregory’s School. En pareja con Candelaria Tinelli, la hija del popular conductor de TV, cuenta que se fue a vivir solo hace un año cerca de su familia, en la localidad de Florida. “Al principio me costaba un poco llegar a casa y que no hubiera nadie, pero la verdad es que es una etapa muy linda y hay que disfrutarla. Me está costando la cocina, pero hago lo que puedo, sobre todo asados”, asegura.

Por lo pronto, en lo que va de este 2017, Franco ya protagonizó el regreso del musical Y un día Nico se fue, dirigido por Ricky Pashkus, y Marco Polo en el Maipo. En televisión trabajó en la tira de Telefé Amar, después de amar, donde interpretó a Nicolás Alvarado, “un personaje más dramático de lo que venía haciendo hasta entonces, que apuntaba a un público más adulto, porque además tenía una historia de amor con una abogada que era diez años mayor”, señala.

Con apenas 23 años, por estos días se lo puede ver por la Televisión Pública como protagonista de Cuéntame cómo pasó, la docu ficción que narra la historia de una familia desde 1974 hasta la llegada de la democracia, junto a Malena Solda, Nicolás Cabré y Candela Vetrano.

Además, cuenta que le restan apenas tres finales para licenciarse en Relaciones Públicas, y sigue con sus clases de teatro. “Cuando terminé el secundario trabajaba sólo media jornada, y como nunca me molestó estudiar, pensé en anotarme en una carrera paralela que se complementara con la actuación desde la imagen, oratoria, situaciones con distintas marcas, las notas, todo aquello que implica al actor cuando no está en un set de grabación, y me pareció muy interesante”.

Entre sus proyectos, el próximo 10 de enero estrenará el musical Casi normales -de Brian Yorkey y Tom Kitt-, con dirección de Luis Romero, en el teatro Astral, junto a Laura Conforte, Manuela del Campo, Fernando Dente, Martín Ruiz y Mariano Chiesa, todas primeras figuras del género. También tiene distintas propuestas para cine y televisión en 2018, que, dice, aún no se pueden revelar.

-¿Qué llegó primero, la música o la actuación?

-Siempre la actuación estuvo adelante, y me despertó una pasión que no se compara con ninguna otra cosa. Empecé actuando en el colegio. Todos los años hacíamos una obra diferente, y ese era mi principal objetivo. Me involucraba mucho, y un día vino mi profesor de teatro, Mariano Calligaris, y me propuso trabajar en una obra de teatro por fuera del colegio. Ese fue mi debut con Ricardo III, y descubrí que quería dedicarme a eso. De la misma manera, sin buscarlo, a los 14 años llegó la tele, empecé trabajar para Disney, y más tarde me convocaron de Pol-ka y para el rodaje de El clan. Entonces dije: me quedo acá y no me voy nunca más.

-¿Qué significa hoy la actuación para vos?

-Significa todo. Mi vocación, mi pasión, mi entrega constante, un desafío todos los días. También significa muchas ganas de seguir aprendiendo. Creo que en esta profesión uno está absorbiendo cosas constantemente, tanto de las experiencias que tenés con cada nuevo personaje como de los actores con los que vas trabajando, para poder incorporar nuevas herramientas.

-¿Y la música?

-Siempre me dio más vergüenza cantar que actuar. Y como ya estaba actuando, me propuse estudiar canto para ver si mi vergüenza se iba. Así empecé con las clases y poco a poco lo fui tomando como algo más relajado y natural. Hoy día creo que la música es parte de la formación integral de un artista que actúa, que canta y hace ciertas cosas relacionadas con el arte. Puedo estar haciendo una tira y los fines de semana cantar y hacer shows. Entonces, con mi hermana Milagros dijimos: “Vamos a hacer algo con la música, paralelo a lo que cada uno hace como su actividad principal”, y por suerte nos está yendo muy bien. Nos acompaña en lo musical un amigo de toda la vida, el guitarrista Gastón Loiseau. Por ahora hacemos covers, y más adelante la idea es hacer nuestros propios temas.

-Naciste en el 94, creciste en este nuevo milenio. ¿Cómo ves a tus pares?

-Con toda la tecnología y la inmediatez en las redes, creo que mi generación tiene una conexión mucho más sencilla y más espontánea. La tecnología ocupa un lugar muy importante todos los días. Igualmente, más allá de que uso mucho el celular para trabajar, de vez en cuando también me gusta cortar con todo y agarrar un libro.

-¿Cómo te manejás con las redes sociales?

-Muy bien, de un modo muy natural, trato de mostrarme tal cual soy. Obviamente, hay cosas que por una cuestión de respeto o de privacidad uno no las va a mostrar, pero si hoy a la tarde tengo ganas de subir un video cantando lo subo, y si estoy con mis amigos comiendo un asado también. No me hago demasiados planteos. Si bien tengo Twitter, la que más uso es Instagram. También tengo un Facebook oficial, sólo para contar novedades, proyectos de trabajo.

-¿Hacés o hiciste terapia?

-Esta profesión tiene muchos altos y muchas bajas, todo es muy rápido y cambiante, y podés pasar de un éxito este mes a que no te reconozca nadie al mes siguiente. Supongo que debe ser difícil de sobrellevar, así que calculo que en algún momento voy a hacer, me parece que es interesante. Por ahora no, pero no lo descarto para nada.

-¿De qué cosas estás seguro?

-De mi familia, de mi novia, la incondicionalidad de mis amigos y mi gente. Y de la incondicionalidad mía para con ellos también.

-Para terminar: ¿tenés alguna frase de cabecera?

-“Ama al teatro dentro de vos, y no a vos mismo dentro del teatro”. Desde que leí esta frase la recuerdo siempre. Me encanta esa idea de mantener intacta la pasión dentro de uno, amar la pasión por el teatro por sobre todas las cosas.

Gaseosa light, con hielo y limón

Franco asegura que le encanta la Coca light, para luego volver sobre sus dichos y arrepentirse. “La tomo con hielo y limón, porque la común me parece muy dulce y me empalaga. Pero voy a ser sincero. La verdad es que si puedo elegir, prefiero la Pepsi light. Muchas veces tengo Coca para convidarles a mis amigos que siempre vienen a casa y les gusta más. Pero en verdad, a mí me gusta más la otra”.

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